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Antonio Pérez Morte

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FERNANDO (Para Fernando Malo)

FERNANDO     (Para Fernando Malo)

¡Déjame acercarme un poco más y palpar el alma de esta pieza que creí un pájaro blanco y luego una vasija, y ahora puede ser una cesta construida con raíces de tierra!.  

Deja. ¡Deja que me acerque y recorra el cuerpo del azar y de la ciencia, para reinventarme el mundo!. Después de todo, somos barro como escribió a pellizcos de pasión mi lejana adolescencia, en un viejo eterno poema inmoldeable. Barro, barro entrañable, como cantaba Luis Eduardo Aute a comienzo de la década de los setenta: Barro entrañable. Barro que busca el tacto de más barro: Tierra oscura que ansía la humedad de la caricia.

Barro. Agua. Arcilla roja, negra, blanca, marrón... Tierra que se mezcla con la tierra para compartir el agua y la pasión en un arte milenario y ancestral como el amor: Por eso aquí la sensualidad evocadora de las curvas y las diferentes texturas y grosores de chamota. Tierra desnuda a la que le crecieron raíces, frutos o brazos, y que se cubre de velos ligeros para conquistarnos mejor, porque la seducción también anida en el color inconfundible de la obra de Fernando.

Fernando Malo se sumerge a diario en este oficio esencial y milenario y lo hace desde el respeto más absoluto por sus ancestros y con la voluntad de llegar a sus contemporáneos con el amor y la alegría que siempre delatan su desbordante energía y su bondad, su incontenible y eterna sonrisa.

Fernando lleva dentro de sí una sabiduría heredada desde el origen del tiempo, una sabiduría que desde hace ya un cuarto de siglo utiliza para mezclar la tierra con el agua, la emoción con las arcillas y los esmaltes con los sueños: Esa sabiduría recorre sus manos cuando palpa y acaricia, cuando modela, frota o estira, cuando esmalta y decora y cuando cuece sin prisa el fruto de un trabajo que le da la vida y la alegría y que elabora para nosotros con amor y a fuego lento.

Antonio Pérez Morte

Malena Air Spain

Malena Air Spain

Acertó aquel ciudadano que le preguntó a Rodríguez ZP el precio del café.  Acertó porque de haber interrogado a Malena,  Álvarez le hubiese dicho con exactitud su importe en todas y cada una de las distintas categorías de establecimientos hosteleros, lo que hubiese truncado inevitablemente las aspiraciones del preguntador, que tan sólo trataba de demostrar la evidente distancia entre la vida diaria de nuestros políticos y la de los españolitos de a pie.  ¿Imaginan a Rodríguez,  escrutando el bolsillo para encontrar la moneda?  ¿A qué no?  Seguro que no.  Seguro que D. José Luis paga como Gallardón con  tarjetita cash.  Sin embargo a Malena, la ministra de Momento (que milagrosamente prorrogó) no nos cuesta imaginarla apoyada en la barra, contando céntimos y llamando al camarero por su nombre, pidiéndole a voz en grito -como si estuviese en el Congreso- un azucarillo con el que endulzar el mal trago de un macho conservador al que retó en la calle.   Malena  se  la  ha pateado bien  (la  calle)  hasta  que  llegó la hora de ocupar su sillón y ahora se siente a gusto, muy a gusto,  al  levantarse de él emite incotrolables exabruptos y frases ininteligibles que a los diputados de la oposición provocan rechazo y abucheos.  A menudo encaja las críticas y los pateos de sus señorías de forma impasible y es que Álvarez, que seguro sabe el precio del café aunque quizá ignore el de las patatas,  lleva ya muchas muchas horas de vuelo, casi tantas  como un avión de Spanair, por ello quizá sea la hora de hacerle un exhaustivo reconocimiento.

           

España (Novela de Manuel Vilas)

España   (Novela de Manuel Vilas)

Amigo lector,  piérdete entre las páginas de este libro sin esperar nada.  Piérdete y pasea por sus páginas como pasea el espíritu, siempre inquieto, de aquel poeta eterno, de aquel niño asombrado que se llama todavía Luciano Gracia Bailo.

Deambula en silencio. Piérdete por España.   Deja que su discurso fragmentario, contracorriente a veces, te lleve de la calma al sobresalto. Deja...  Déjate llevar:  Adéntrate sin miedo en  el laberinto mágico de las palabras que te atraerán con fuerza. 

Líate en la maraña de un pasado reconstruido entre sueños y recuerdos, a retazos. Anúdate al  deshilvanado presente imaginario, al futuro incierto y sorprendente. Abandona los prejuicios y avanza. Avanza en la voz de Manuel Vilas, la voz de todos  tras volver la portada.  Avanza junto al  usurpador de identidades y libera fantasmas como lo hace el narrador. 
Avanza. Avanza más allá de los tópicos. Suelta madeja y enrédate  en todo sin perder nunca el hilo. 

España: Un cocktail homogéneo de ingredientes variados  que  no  te  dejará  indiferente.  Una mezcla extraña donde todo cabe y nada falta: Las nuevas tecnologías, la literatura, la monarquía, la canción, la tauromaquia...   Todo junto, en perfecta amalgama.  

España, la pintura abstracta de un país cansado de mirarse el ombligo, de contemplarse a sí mismo en viejos rancios retratos.  España, un puzzle colectivo. Un libro extraordinario:  ¡Un gran desafío!

Antonio Pérez Morte

Retrato de corsario con paloma

Retrato de corsario con paloma

La memoria, caprichosa, retrocede veinte años atrás para devolverme la imagen lejana del corsario Petisme.  Le veo regresar de nuevo, con pendiente y cintas en el pelo, surcando sin descanso rutas nuevas, contra la marea negra de esta bimilineria ciudad de apagoneses*.  Capaz de casi todo, ha navegado por océanos de escrituras a contracorriente. Como un bardo suicida ha ignorado puertos más seguros donde atracar, para embarcarse siempre, en aventuras justas, solidarias y perdidas, por eso en su embarcación viajan los supervivientes de todas las pateras y las víctimas de todos los conflictos.

Artesano del verso, trenza vida y muerte, amor y odio, hilvanándolo con la misma ironía, mordacidad e igenio, que utiliza para describir su obra. Una obra que descubriréis dejandoos atrapar en sus redes, por la palabra fresca y viva de este desbaratado bohemio, al que alimentaron Pessoa, Vallejo y Labordeta. Aquél que se tragó los buques de todas las botellas y salvó con su poesía alucinógena, alucinada, a más de un aragonizante, de la depresión del Ebro y las anfetas.  Después de tantos años, hoy es tiempo aún de guerra y Ángel, conserva todavía en sus rasgos, la imagen de aquel corsario, al que la vida tatuó en el pecho, la paloma que le sustenta.

* "Entonces comprendí que hay dos tipos de aragoneses: apagoneses y  aragonizantes".   Ángel Petisme (Los aragonautas, 1998)   


 Antonio Pérez Morte  (Publicado en el número 8 de "La Expedición")

SOBRE EDUCACIÓN Y JUSTICIA (Antonio Pérez Morte)

SOBRE EDUCACIÓN Y JUSTICIA   (Antonio Pérez Morte)

Estas últimas noches he dormido poco. El jueves me acosté tarde, muy tarde, para madrugar el viernes y despertar a un buen amigo que, ese día, comenzaba las vacaciones.  Hablé con él, de la enseñanza, de lo duro que se ha puesto intentar ser un buen maestro, cuando tienes que bregar a diario con un puñado de niños problemáticos, marginados y con un claustro de profesores que si algún día tuvieron motivaciones vocacionales, el tiempo los ha ido transformando en meros funcionarios.

Hablo con Ángel, abiertamente, de la enseñanza, de la sinceridad, de la justicia y acabo, cómo no, recordando las palabras de la genial ensayista gallega Concepción Arenal: "Las defensas innecesarias se convierten en ataques injustos".

Concepción Arenal, a quien la mayor parte de nuestros hijos desconoce, sabía bien lo que decía: buena parte de sus obras nacieron fruto de vivencias personales intensas, así como de su enorme capacidad de análisis sobre el comportamiento humano. Luego, recuerdo al tristemente asesinado político socialdemócrata alemán Willy Brandt, que también nos dejó un interesante legado, que habría que retomar más a menudo en esta sociedad cada día más carente de valores. Una sociedad que tiende de forma prioritaria a rentabilizar económica y/o socialmente, el mínimo esfuerzo en tiempo record. Una sociedad que prima una mal entendida eficacia para tratar de mostrarnos una imagen distorsionada de la realidad, intentando hacernos ver que las cosas no son importantes por lo que realmente son, sino por lo que aparentan ser.  Brandt escribió que: "Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen".   Años despúes murió convirtiéndose en protagonista de vieja y célebre cita de Lord Byron: "Los que mueren por una causa justa y noble, nunca quedan frustrados."

Pablo, mi hijo mayor ha pasado una semana mala.  Con sólo trece años es ya muy maduro y tiene un concepto claro y arraigado de la justicia. No necesita que nadie venga con monsergas demagógicas, a darle lecciones sobre el tema (se le pusieron más cuesta arriba las ecuaciones durante esta evaluación).  En todo caso, y como a cualquier otro adolescente, no le vendría mal sumar voces amigas, que le hablasen con la misma sinceridad, que para bien o para mal, siempre derrocha: voces que corroborasen y fortaleciesen sus convicciones, en lugar de hacerlas papilla con actitudes impropias de quienes, sin nigún tipo de pudor, se autodenominan educadores.

Antonio Pérez Morte

Palabras inútiles contra la barbarie

Palabras inútiles contra la barbarie

Cuando el miedo golpea con la fuerza de hoy...  Cuando las lágrimas son inevitables e inútiles las palabras. Cuando me siento un escritor frustrado, impotente, incapaz de reflexionar una vez más, sobre tanta sinrazón intolerable.  Cuando no puedes decir nada que no suene a hueco y repetido. Cuando te sientes cansado, moralmente obligado a gritar de nuevo contra la barbarie, contra ese vértigo imparable e irracional de la locura. Cuando ni siquiera decir asesino es decir nada. Cuando sólo queda llanto y rabia, y la imagen herida de una españa que intenta levantarse del fango sangriento de la intolerancia, para vivir en paz. En libertad por siempre.

Antonio PÉREZ MORTE

Fotografía:   EL País

¿Discriminación Positiva?

¿Discriminación Positiva?

Le llaman discriminación positiva. ¡Qué contradicción! ¡Cómo si pudiese ser positivo cualquier tipo de discriminación! ¿Qué pensáis amigos/as?  ¿Lectores/as qué opináis?  Discriminación positiva: ¡Discriminación!

¡Queda muy progre  para algunos partidos, establecer una cuota fija de mujeres en las listas, aunque luego se las ignore y se obstaculice, deliberadamente, el desempeño de su labor; aunque luego tengan que defender, en solitario, por sí mismas su integridad física y la libertad de expresión!

Rosa, María, Dolors...  sed valientes, más "valientes" que el ex-presidente González, que, en un acto más de cinismo, afirma que ante situaciones similares  nunca se  lamentó ni lloró.

P.A.Z.

P.A.Z.

Hace unos meses en una breve entrevista que publicó Artes y Letras, respondí, entre otras a la siguiente pregunta:  ¿Qué detesta mucho? No dudé en la respuesta: "La falta de respeto y la violencia".  Hubiese respondido de la misma forma a esta pregunta en cualquier otro lugar, en cualquier otro momento.  La falta de respeto, la hipocresía y sobre todo, la violencia, son desde siempre algunos de los comportamientos humanos que más detesto, los que más me alteran y aterran, por eso he estado siempre en contra de las guerras: La del Golfo, la de Irak...  

En estos días de subastas pre-electorales, en los que los "grandes" partidos intentan captar con sus ofertas de saldo y sus improvisadas promesas el voto de los ciudadanos indecisos o amnésicos, ando de un sitio para otro, huyendo de las eternas diferentes varas de medir existentes, en todos (he dicho todos) los deformativos televisivos y radiofónicos.

Son ya más de treinta años, demasiado tiempo, desde que este hombre, que hoy tiene de cuarenta y siete, pegó su primer pasquín de sueños.  Demasiado tiempo, luchando, bolígrafo en mano, incluso desde la militancia, robándole horas al sueño, como para permanecer impasible contemplando el triste, deplorable, e insoportable espectáculo de los tristes profesionales de la manipulación.

Ando mareado y sigo donde estaba, en el mismo sitio de siempre, pero todo se ha movido a mi alrededor. Estoy contra las actitudes insolidarias y faltas de ética. Me da igual las siglas de quien las promueva: Todavía duelen más si vienen de partidos que se autodenominan de izquierda. 

Respeto todas las opciones que puedan darse en democracia. Para profundizar en ella los partidos políticos debieran ser capaces de realizar una profunda y sincera autocrítica, que les ayudase a llevar a cabo un proyecto prográmatico coherente o una oposición responsable, algo que hoy por hoy parece impensable y urgente.  Urgente, también, sería realizar una profunda reforma de la ley electoral, "desproporcionadamente" injusta, y que incorporase por fin las listas abiertas. ¡No caerá esa breva! ¡Todavía estamos muy lejos de todo eso!

Seguimos como siempre, con la eterna y absurda discusión sobre las condiciones y el lugar del debate entre dos candidatos (¡como si no hubiese más!). Mientras, contemplamos el triste espectáculo de un colectivo de artistas que "actúan" sólo para el presidente del Gobierno, tal como lo hacían los bufones ante la Corte.  Estos artistas, que en los últimos años no han cesado de demostrar su sectarismo escandoloso, se permiten el lujo de descalificar e insultar a aquellos ciudadanos que no piensan votar al mismo partido que ellos:  ¡Claro que hay, sectores sociales, profesionales y ciudadanos con distinto criterio, que no se sienten tan arropados, por el poder!    ¡Quizá por eso -y a pesar de que en muchas ocasiones valoren su trabajo- no se decidan a poner su indice y pulgar ante el rostro, para hacer ese gesto del símbolo del canon,  perdón, quise decir de Zapatero!   

¡Nunca voté al PP! ¡Nunca vote AL PSOE!  ¡No voy a "defender" vuestra alegría, prefiero seguir, triste o contento, sin traicionarme a mi mismo, sin remordimientos!  

Antonio Pérez Morte             

EL HUECO DE SU AUSENCIA (Recuerdo de Julio Antonio Gómez)

EL HUECO DE SU AUSENCIA          (Recuerdo de Julio Antonio Gómez)

Julio Antonio Gómez Fraile, poeta y editor aragonés nació en Zaragoza el 27 de Mayo de 1933, en el seno de una familia pequeño-burguesa zaragozana que tenía fijado su domicilio en la calle Doce de Octubre. Estudió el bachillerato en el colegio de La Salle y a su término proseguiría su aprendizaje por sí mismo, de forma autodidacta. Para quienes no tuvimos la suerte de conocerle personalmente, los testimonios de sus amigos, Luciano Gracia, José Antonio Labordeta e Ignacio Ciordia, nos ayudaron a recomponer su retrato: el de un niño grande, bromista, caprichoso, juerguista y derrochador, pero también generoso e inteligente, culto, nostálgico y sensible, amigo de sus amigos. Homosexual perseguido. Protagonista de una apasionada vida de leyenda, llena de profundos y oscuros amores que le llevaron a vivir varios exilios voluntarios y forzosos, arrastrándole en dos ocasiones hasta la prisión zaragozana de Torrero.

Este magnífico bardo, autor de una obra personalísima, original y sólida, inició a mitad de los cincuenta su trayectoria poética introduciéndose en la tertulia de Niké, de la que pronto sería uno de sus miembros más activos y sin duda alguna, el mayor animador de la misma. De él partieron las fiestas más absurdas y las bromas más divertidas. A finales de esta década publica El cantar de los cantares (Zaragoza,1958) y Las islas y los puertos (Zaragoza,1959). Antes había escrito poemarios como Los negros (Zaragoza, 1955), inédito hasta 1992, fecha en la que fue publicado junto al resto de su obra por uno de sus mayores estudiosos: Antonio Pérez Lasheras. Este libro ganó el premio Doncel de Oro convocado por la Editorial Rumbos. Durante estos días, Julio Antonio se embarcó en la que sería su primera aventura editorial: la revista Papageno. Las páginas de su primer número (Primavera de 1958 albergaron firmas muy importantes: Vicente Aleixandre, Antonio Buero Vallejo, Ángel Crespo, Dámaso Alonso, Leopoldo de Luis, Juan Antonio Bardem, Pablo Picasso, Gerardo Diego, Miguel Labordeta, Manuel Pinillos, Guillermo Gúdel, José Antonio Labordeta... El segundo y último número (Invierno de 1960) estuvo dedicado a Miguel Labordeta, Oficina de Horizonte.

Con el inicio de la nueva década de los sesenta, Julio Antonio publicó un nuevo poemario, de largo y extrañísimo título: Al Oeste del lago Kivú los gorilas se suicidan en manadas numerosísimas (Zaragoza, Papageno 1960). Este libro fue reeditado en 1993 por la Institución Fernando el Católico.

En 1966 se abre un periodo en que nuestro poeta vivirá unos años dolorosamente intensos. Este año muere su madre. En 1967 es detenido por primera vez, acusado de corrupción de menores y condenado a cinco meses de cárcel y seis meses de destierro. Se marcha entonces a un lugar donde puede extraer el máximo provecho vivencial y cultural a su castigo, París. Allí convive con su amigo, el fotógrafo Joaquín Alcón y con el poeta gaditano José María Alfonso. En París permaneció hasta 1969, componiendo algunos de sus versos máws emocionantes, al tiempo que realizaba los trabajos más diversos: Formó parte del servicio de limpieza del Banco de Indochina y ejerció como contable en un restaurante del Barrio Latino, donde aseguró haber conocido a Leo Ferré.

En enero de 1969, vuelve a Zaragoza y funda junto a Eduardo Valdivia y Luciano Gracia, Fuendetodos, la más hermosa colección de libros de poesía que ha visto la luz en esta tierray una de las más importantes en la España de aquella época. Durante sus cuatro años de vida (1969-1973) publicó obras de autores aragoneses como: Miguel Labordeta, Luciano Gracia, Jose Antonio Labordeta o Ildefonso Manuel Gil, junto a otros de reconocido prestigio en el conjunto del Estado: Vicente Aleixandre, Leopoldo de Luis, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Luis Rosales o Gloria Fuertes. El propio Julio Antonio Gómez, incluyó en ella su poemario capital, que fue injustamente ignorado por la crítica, Acerca de las trampas (Zaragoza, 1970).

En enero de 1971, muere su padre, y en marzo es encarcelado nuevamente, acusado por no haber denunciado un robo en su propio domicilio. Su segunda estancia en Torrero no será larga, aunque le servirá para darse cuenta, definitivamente, de que no tiene nada que hacer en Zaragoza. Retrasará su huída hasta 1973, cuando parte con destino a Tánger. Allí compró una casa humilde y montó después un laboratorio fotográfico. Entabló una fuerte amistad con Choukri, autor de El pan desnudo y condenado por Jomeini.

Unos años después, en 1977, consiguió el premio Marruecos de poesía en español con su libro El fuego de la historia (publicado por Antón Castro en 1989). Poco después se supo que una situación económica precaria le obligó a marchar hasta Las Palmas de Gran Canaria. Allí acaabó su vida un día de abril de 1988, hundido, triste y derrotado, cansado de vivir. Víctima de su propio corazón desbordado fue detenido una vez más, esta para siempre, por un infarto. Trabajaba como contable en una casa de alterne. Llevaba mucho tiempo alejado de esos dos mundos que tanto amaba: el de la creación y el de la edición. Dos mundos que unidos al amor y a la amistad fueron siempre el motor de su vida. Una vida que, como escribí hace doce años, al conocer la noticia de su muerte, había concluído mucho antes de aquel paro cardiaco:

Deja que ahora te bese
la gran mentira de morir,
porque a ti te mató el amor,
porque a ti, te mató la vida.

(Antonio PÉREZ MORTE / Publicado el Viernes, 12 de Mayo de 2000, en el suplementoLibros de El periódico de Aragón)

ANDRÉS RÁBAGO: EL MILITANTE DE SUEÑOS

ANDRÉS RÁBAGO: EL MILITANTE DE SUEÑOS

Hace casi tres lustros descubrí entre las páginas de un periódico inolvidable (El Independiente), al eterno militante de sueños que Andrés Rábago (El Roto), siempre ha llevado dentro.

La aventura diaria de aquella emblemática publicación, abierta y plural, fue desde el principio y hasta su tormentoso final, un foro de libertad que muchos todavía añoramos, en estos tiempos de vergonzosa manipulación por parte de los grupos mediáticos y de poder.

Hasta aquel sorprendente oasis, hallado en medio del desierto, fuimos a beber los eternos buscadores de la verdad, los descontentos de todas las ideologías y credos, y quienes todavía éramos capaces de soñar en un mundo distinto: más libre, más justo, más humano... Un mundo opuesto, siempre, al retratado en las desgarradoras viñetas que cada jornada firmaba El Roto un humorista gráfico, de trazo hueso, que día a día nos mostró, con sobrecogedor realismo, la radiografía en blanco y negro, de un mundo cruel, absurdo, enfermo.

Dibujos de seres "mataos", de muertos vivientes, capaces de transmitir, con absoluta indiferencia, sus mensajes de tristeza y de dolor, lanzados casi siempre desde un entorno hostil, y sin embargo asumido por completo. Quizá sea precisamente esa asunción terrible de lo absurdo y de lo injusto, lo peor, lo que acaba sembrándonos, irremediablemente, la inquietud tan adentro.

Las rotundas viñetas de El Roto hace ya mucho tiempo que alcanzaron la genialidad, por su indiscutible calidad técnica y sus agudísimas críticas de enorme carga intelectual. Ahora, Circulo de Lectores, nos ofrece la oportunidad de disfrutar, de una nueva colección de ellas (realizada por Felipe Hernández Cava), agrupadas, en esta ocasión bajo el título de "El libro de los desórdenes". Un libro que supone la desolación hecha arte.

José Luis Pardo, autor del prólogo, nos introduce, en la personalísima, extraña, inquietante y perturbadora obra de este gran artista, que desde la soledad de su estudio continúa, quince años después, dibujando, como nadie, la sórdida realidad, con su eterno rotulador de trazo ancho y negro.

Desde ese mismo estudio, el eterno militante de sueños, del que hablábamos al principio, sigue soñando con un mundo mejor, aquel que quizá pudiera dibujar con la punta fina de un Pilot, de un Staedler, de un viejo alcanzado deseo.

(Publicado el 25 de Junio de 2004 en el nº 5 de "Qriterio aragonés")

VERMOUTH CON ANTONIO PÉREZ MORTE (Joan Gonper)

VERMOUTH  CON  ANTONIO  PÉREZ  MORTE   (Joan Gonper)

He  tomado  vermouth  con  Samuel  Beckett   en  la  Plaza Mayor  de  Salamanca. He almorzado en Chez Víctor con Ciorán.  Carmen Martín Gaite vino al Novelty conmigo, pero se dejó el café. Estuve con Panero en la Iglesia de la Purísima y cené con Brel en el Chapeau. Hablé con Adares de su madre. Hacía calor y Ramón Irigoyen me prestó un abanico. Pasé la tarde con Juan Gil Albert.  Se hizo tarde; hora de volver: En el Parador me aguardaban García Montero, Benítez Reyes y Valente.  Abrí la puerta, los introduje en la maleta, los secuestré a los tres...

Esta carta me la envió el poeta aragonés Antonio Pérez Morte después de una visita suya a la ciudad amarilla, hace una decena de años. Ha vuelto el otro día para rememorar ese pasado más imperfecto.   Ahora andaban por aquí Luis Alberto de Cuenca, Pancho Céspedes y Julieta Venegas.   Siempre cultura aquí y él en plan mágico pródigo fue relatándome sucedidos condecorados por lágrimas, para volver a purificarse entre la historia de Equis y un fin de semana junto a Alejandro Casona.   Luego, ya habrá vuelto a su Aragón diario, a su vida repleta de vidas y al recreo perejilero de reunir ideas en bellos poemas.

Según caminamos por la noche salmantina bellamente iluminada, tras la luz de un verso,  con él se encendían los recuerdos y las afinidades electivas.  Los recuerdos encendidos que siempre ardieron. Charlamos al amor del fuego,  del fuego del amor;  antes de llegar el día,  que son palabras suyas; antes de que el cierzo arrastre las cenizas, antes de que se borren las huellas del incendio.   Se acercaban el Día del Padre, el inicio de las alergias al polen, el enjambre del juicio contra esa canallada del 11-M, y se trajo a Miguel de Unamuno en una recopilación de Adolfo Sotelo.

Le acompañé a la Casa-Museo rectoral para rematar una de las muchas tardes mirando la ciudad desde el puente romano, fotografía va y viene, cuando a través de un aparato informático nos enteramos del triste fallecimiento del  puzzle vital de la play-mate Anna Nicole Smith  y la histeria de los candidatos a ser padres putativos de ese bebé que heredará una cuantiosa fortuna.

En esa glotonería de búsqueda de las cosas pequeñas rematamos una de las jornadas incluyendo en la maleta una visita al imaginario de Franz Ackerman. De nada les valió protestar a las suelas de sus zapatos el que día tras día remontásemos el curso del Tormes al amanecer para encontrar ese remanso de paz, la floresta en la que Fray Luis de León, ahí a los pies de Cabrerizos, se entregó en cuerpo y alma a huir del mundanal ruido desde ese sitio, uno de los más bellos rincones charros.      

Joan Gonper  (Publicado en El adelanto de Salamanca, Martes 20 de Marzo de 2007)

TEMAS DE REPUESTO (MARIANO GISTAÍN)

TEMAS DE REPUESTO  (MARIANO GISTAÍN)

Bueno, ya hemos fracasado en las cercanías, en las estaciones, en el metro y el tranvía. Todo eso queda para sine die, para cuando el Vignemale o lo que sea, en fin. En todo no se puede triunfar. Gracias que nos acaben los cinturones de los ochenta, de la década de los ochenta. Siendo pocos y atomizados -pulverizados- quizá es más de lo que podíamos esperar. Por eso no cunde el derrotismo y por eso aguantamos las tontadas de la Expo, porque es una bendición y nos trae rotondas entre los hierbajos, algún edificio un poco altote, puentes, pasarelas y esos trozos de cinturones y carriles de los ochenta. Ya se ve que la estación del AVE ha sido una pifia monumental, que la de autobuses y todos sus hoteles y añadidos se han extraviado, que las cercanías están lejísimos, que ZAV va a paso de tortuga, etc.

Y el obispo de Lérida sin excomulgar. Y los trozos de ribera van perdiendo presupuesto por el camino, alguien tendrá que explicar esa reducción asombrosa, milagrosa, del dinero asignado al tramo de la Almozara, barrio que sigue manteniendo dos piezas inmensas en la ribera, frente a la Expo, una de Defensa y otra privada, ambos en estado de desidia vegetativa.

Pero todo se da por bien amañado si acaban esos trozos de cinturones ochenteros. Hasta parece un poco milagro que el pueblón monegrino reciba tantas ofrendas y figurones cuando, hasta la fecha y desde la fundación, sólo degollinas y monsergas habían llegado de la pérfida España, que ha vuelto a estafar a Teruel para no perder identidad.

Entonces, en medio de este glorioso fracaso a medias, éxito inaudito con una estación que es una cámara de tortura y un aeropuerto a medio parchear (con la torre del homenaje para "después de"), con un apeadero de la Feria ya obsoleto en plena gestación y con un enfrentamiento crónico -más por pereza que por rivalidad- entre las instituciones, con todo eso algo habrá que hacer para reflotar los temas y no sucumbir a las depres episcopales y las demandas golfísticas de trasvases.

Entonces, con el mejillón ya legalizado de facto, y con la universidad ya apercibida del asunto, habrá que impulsar la navegabilidad de Ebro y sus ramales. Aunque no se haga, al menos que sirva de tema de repuesto y de refresco.

Mariano GISTAÍN    * Periodista y escritor

(La ciudad de las gaviotas,  El Periódico de Aragón, 18 de Octubre de 2006)

LA POESÍA DE VILAS: COMO EL SABOR DE UN MÁGNUM

LA POESÍA DE VILAS: COMO EL SABOR  DE UN MÁGNUM

Manuel Vilas.       Premio Jaime Gil de Biedma.     VISOR. 124 PAGS.   8 €

Intenso como el sabor de un Mágnum, Resurrección es un libro para consumirlo despacio: Envueltos en la crujiente cobertura del sarcasmo, Manuel Vilas nos ofrece en su última entrega poética, un buen puñado de versos dulces, amargos, impregnados de sinceridad y de rudeza, bajo los que subyacen la ternura y el dolor. Una ternura y un dolor, que afloran medio en broma y por sorpresa, en el discurso vital de este bardo, que ha ido consolidándose en los últimos años como uno de los autores ineludibles de la poesía española reciente. Su personalísima forma de abordar la literatura, siempre desde propuestas arriesgadas y tremendamente sugestivas, ha dado frutos de indiscutible calidad, pero difícilmente clasificables desde los parámetros habituales  y casi siempre inamovibles, de la crítica literaria predominante.

Resurrección poemario ganador del XV Premio Jaime Gil de Biedma, ha conseguido además del preciado galardón, la resurrección, o revisión crítica de la obra global del escritor, analizada ahora desde una óptica distinta, más certera y exhaustiva, capaz de mostrarnos con nitidez ese camino que él mismo ha ido pergeñando despacio, paso a paso y libro a libro.

Resurrección es un libro extraordinario, cargado de poemas en prosa y verso largo, que cautivará a nuevos lectores; mientras, otros más avezados, volverán a atarse a la voz emocionante y torrencial del poeta de Barbastro:  ¡Hace años descubrieron el placer de sentirse atrapados!

Antonio PÉREZ MORTE  (Qriterio aragones, nº 56,  Agosto de 2006) 

De poesía y narrativa... DE MAR Y MONTAÑA.

De poesía y narrativa...     DE MAR Y MONTAÑA.

 

El escritor zaragozano Francisco López Serrano (Épila, 1960), que acumula en su currículum numerosos premios literarios, ha alcanzado en los últimos meses una amplia repercusión en diversos medios de comunicación, gracias al galardón alcanzado en la última edición del Certamen de Cuentos Ignacio Aldecoa, con Las palabras muertas, un relato que "narra la peripecia de una mujer que va de editorial en editorial con el manuscrito de su hijo muerto , y que descubre que no sólo ha muerto en carne, sino que las palabras que constituyen ese manuscrito, en las que ella tenía esperanza y fe, también son palabras muertas.  Existe una especie de doble muerte. . Es un cuento bastante triste y desolador..."

Francisco López Serrano, que ya nos sorprendió hace poco más de un año con su extraordinaria primera novela El país de la lluvia (Prames, Zaragoza 2004), ha realizado también incursiones en el mundo de la traducción y de la poesía. Sú última obra publicada: Retrato de un asesino en prácticas (Pretextos, Valencia 2005), ha sido excelentemente acogida por lectores y críticos, este hecho ha insuflado al autor aragonés, buenas dosis de energía , para volcarse en la redacción de una serie de narraciones breves, en las que hallaremos un montón de originales historias, escritas con maestría, de forma única, con su personalísimo estilo, dificilmente alcanzable.

Elena Sanemeterio Navas, escritora madrileña, ganadora de la 36 edición del Premio Ciudad de Barbastro de novela corta con Escalera de servicio (Prames 2005), ha sido para la editorial aragonesa un gran descubrimiento. Sanemeterio articula su novela con el telón de fondo de la guerra civil. Sin embargo no estamos ante una obra más sobre la contienda española. La autora ha escrito, desde una óptica diferente, la historia de una niña que comienza a ser testigo del mundo de los adultos, antes, incluso de nacer: Una historia que arranca en el seno materno, mientrasMadrid es bombardeado por los aviones de Franco.

Alguien que sabe mucho de niños, paisajes y libros es el escritor serrablés Enrique Satué, autor de una docena de obras que abarcan la etnología, la literatura infantíl, y la Historia de la Educación. Satué nos ofrece una extensa colección de treinta y siete relatos, que agrupados bajo el título de  Pirineo de Boj (Prames,2005), retratan la auténtica historia del Pirineo, desde la guerra de Cuba hasta nuestros días: Un presente de turismo rural y cañones de nieve, urbanizaciones y especulación salvaje, pueblos abandonados, escuelas y estaciones cerradas...        Relatos que nacieron tras muchas horasde charla en el campo o junto al fuego, con gentes que le contagiaron su emoción y acrecentaron su eterna pasión por la montaña.

Otro gran enamorado de la montaña es el zaragozano Alberto Martínez Embid, quien practica el montañismo desde la niñez en sus múltiples disciplinas. Martínez Embid ha colaborado en numerosos libros colectivos y ha publicado ocho, con el único objetivo de dar a conocer el Pirineo. Su última obra    Yo, Henry Russell (Prames, 2005), es una apasionante autobiografía imaginaria del más celebre pirineísta: Un aristocrata irlandés que tras viajar por medio mundo exploró los Pirineos en toda su extensión, conquistó casi todas sus cimas, inventó el saco de dormir y las ascensiones invernales, obtuvo una concesión sobre el Vignemale y todavía le quedó tiempo para escribir un total de ochenta y tres libros.

Russell, como los integrantes del equipo de Prames sentía una gran pasión por la literatura y a buen seguro, disfrutaría hoy, sosteniendo entre sus manos este apasionante y bello volumen, repleto de aventuras, que inspiraron al mismísimo Julio Verne y que acaban de ver la luz en la colección de narrativa, una colección  que ha ido enriqueciéndose no sólo con la inclusión de nuevos títulos, sino también con reediciones tan importantes como El fragor del agua de José Giménez Corbatón o Nosotros, una novela imprescindible para los amantes de realidades alternativas, del escritor ruso Yevgueni Zamiatin.

La colección de poesía sigue adelante, despacio, con paso seguro. Su última entrega El vigilante y su fábula, recoge la obra poética reundia (1959/2004) del gran poeta aragonés Rosendo Tello Aína, a quien José Carlos Mainer ha calificado como "la voz más importante, rotunda y original de la poesía aragonesa de hoy".   Luis Felipe Alegre, otro grande de nuestra cultura, firma el prólogo de esta edición que no puede faltar en ninguna biblioteca.

El libro de poesía más bello de cuantos ha publicado Prames se llama Zaragoza Marina.  Un libro de gran formato, escrito por Javier Delgado a pricipios de los años ochenta, que vió la luz en la mítica Colección Poemas del inolvidable Luciano Gracia, y que ahora ha sido reeditado con magníficas ilustraciones del pintor aragonés Jorge Gay y un cuidadísimo diseño de Fernando Lasheras. José Carlos Mainer ha puesto prólogo a los íntimos emocionantes versos de Javier:

"Tenías tú los márgenes precisos

hasta que el mar impuso sus mareas

como un reloj oscuro señalando

el paso de tus círculos internos

más allá de los límites del sueño.

Tiempo y espacio huyeron la medida

que aprendiste sencilla desde niña

y en la dulzura de vuestra compañía

se perdieron los aros y las cuentas

de todo tu tesoro almacenado."

ANTONIO PÉREZ MORTE. 

(Publicado en el número 54  de Qriterio Aragonés,  Zaragoza, Junio de 2006) 

LA VOZ BRAVA DE LA MAR

LA VOZ BRAVA DE LA MAR

Lector, tienes por fin entre tus manos las ansiadas Memorias de Odón de Buen y del Cos, sabio inolvidable de Zuera y padre de la Oceanografía española. Una obra sobria, de indudable valor histórico y testimonial, caracterizada por la extraordinaria sencillez de su discurso, que te atrapará desde la primera página. Escrita de puño y letra a lo largo de 1.177 cuartillas, ha tardado sesenta años en ver la luz.

El científico zufariense comenzó a redactarla en Banyuls sur Mer, el 17 de agosto de 1940, en condiciones muy diferentes a las que siempre soñó, lejos de su villa natal y desprovisto, casi por completo, de documentación y cuaderrnos de viajes, que hubiesen facilitado una labor que, indefectiblemente, tuvo que dejar a merced de la memoria.

El original de las mismas, en poder de Jorge de Buen Lozano, fue transcrito por Mª del Carmen de Buen López de Heredia. Su colaboración, junto con la de Mariano del Cos Lamarca y otros muchos descendientes de Odón de Buen, ha permitido al Ayuntamiento de Zuera trasladar su obra a soporte informático, como paso previo a la revisión final realizada por la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Mis memorias guarda juntto al relato cronológico y personalísimo de los acontecimientos políticos y científicos que marcaron la vida del ilustre oceanógrafo, un autorretrato emocionante, dibujado a través de las apasionantes pinceladas literarias de sus extraordinarias vivencias. En estas páginas las hallarás a cada paso: pinceladas y trazos que van delineando, poco a poco, el admirable perfil humano de este hombre ejemplar, que dedicó su vida a tareas científicas, intelectuales y políticas, en beneficio de una sociedad que no siempre supo entenderle.

Odón de Buen, que se definió a sí mismo como republicano, librepensador, ateo y darwinista, nos narra con lenguaje claro y sencillo, cada uno de los pasajes de este libro, en los que recorre las distintas etapas de su vida, haciéndonos partícipes de todos sus recuerdos: alegrías y tristezas, inquietudes y temores, logros y sueños.

Sabremos cómo revolucionó el campo de la docencia, acabando con una enseñanza caduca, que era impartida con esquemas desfasados y que prescindía además, casi por completo, de las práctica. Nos emocionarán las aventuras de sus viajes a bordo de viejos fragatones de madera como la Blanca (superviviente de la batalla naval del Callao), siempre con más ilusión que presupuesto. Disfrutaremos con sus inteligentísimas observaciones, con sus brillantes y críticos análisis y autoanálisis. Nos indignarán sucesos dramáticos, cargados de injusticia, como los vividos en la Universidad de Barcelona en octubre de 1895, y remmemorados por él con tanta energía como lucidez.  Allí se topó con los sectores más reaccionarios de la iglesia y fue apartado, temporalmente, de su cátedra, por el Gobierno de Cánovas. El Gobierno francés, para respaldarle, le nombró Oficial de Instrucción Pública.

Descubriremos, también, al militante del Partido Republicano Centrista de Nicolás Salmerón, que fue protagonista de una breve, pero intensa carrera política en la que llegó a ser concejal de Barcelona y senador, y cuya ideología despertó, a menudo, fuertes recelos en aquellos que no le conocían.

Honesto y noble, lo hallaremos defensor y garante de los intereses colectivos frente a las actitudes sectarias, difundiendo fervientemente las ideas republicanas y del librepensamiento, a través de centenares de artículos de prensa. Su sentido del deber le llevó a aceptar algún cargo, siempre de carácter exclusivamente técnico, con diferentes gobiernos.

La dictadura de Primo de Rivera, haciendo suyos los planes del científico aragonés, creó la Dirección General de Pesca a la que anexionó el Instituto Español de Oceanografía (funfado por él), y nombró a de Buen titular de un cargo que mantendría con la Monarquía y la República.

Cuando la República se proclamó, en abril de 1931, Odón había alcanzado la cima de la felicidad en lo personal y profesional y gozaba de un prestigio internacional que nunca antes había soñado. Sin embargo, aquella idílica situación duraría muy poco, la guerra civil llegó arrasándolo todo: le sorprendió en Mallorca, donde fue apresado, y hasta donde llegó la presión de países como Inglaterra, Francia y Dinamarca, logrando impedir que fuese asesinado, como Sadí, el tercero de sus hijos. Su muerte, marcaría para siempre la existencia de Odón de Buen. Tras un año en la cárcel fue canjeado por dos miembros de la familia Primo de Rivera y quedó en libertad.

Al final de la contienda, en 1939, cuando la victoria de Franco estaba ya muy cerca, Odón marchó a Francia y luego a Méjico, donde murió en 1945, dejando esta obra inconclusa. Una obra que viene a sumarse a otros títulos también recuperados, recientemente, por el Ayuntamiento de Zuera y la Institución Fernando el Católico: De Kristianía a Tuggurt y Síntesis de una vida política y científica.

Ojalá esta primera edición de Mis memorias    constituya un nuevo paso en ese camino, que lleve a afrontar la recuperación bibliográfica de un autor interesantísimo, que fue capaz de volcarse, casi hasta el final de sus días, en unos textos tan limpios y cristalinos como rebosantes de pasión y sabiduría.   Su enorme altura intelectual (se relacionó con los los grandes nombres de la ciencia y la política de la época) vuelve a brillar, una vez más, en el torrente incontenible de su voz, brava como la mar: en su palabra.  Por encima de todo sobresaldrá siempre la memoria de un ser humano exttraordinario, que se adelantó a su tiempo, injustamente olvidado.

¡Recuperar su obra es rescatar un pedazo de nuestra historia! ¡Honrar su memoria, acabar con su exilio!

Antonio PÉREZ MORTE

(Introducción a Mis memorias, Odón de Buen y del Cos, IFC, Zaragoza 4 de Abril de 2003)

Rafaela Lozano vuelve a Zuera.

Rafaela Lozano vuelve a Zuera.

Los restos de Rafaela Lozano, esposa de Odón de Buen, descansan desde hoy en el cementerio de Zuera, tal y como deseara el insigne oceanográfo zufariense, que regresó a casa hace tres años, procedente de México, donde murio exiliado en 1945.      

Desde 2003 el Ayuntamiento de Zuera ha intentado cumplir este deseo de su Hijo Predilecto, que por fin ha podido hacerse realidad, gracias a la colaboración de Roger Llull , alcalde de la localidad francesa de Banyuls Sur Mer, quien consiguió localizar la sepultura y contactó con Francisco Gracia Marcuello, alcalde de Zuera, que viajó hasta allí.            

Durante la jornada de celebración vivida hoy ha tenido lugar, entre otros actos, una charla debate que bajo el título "Odón de Buen, científico y político", ha contado con la participación de Orestes Cendrero (profesor emérito del Instituto Español de Oceanografía) y Vicente Martínez Tejero (miembro de la organización de los actos de   "La vuelta a casa de Odón de Buen".

Hasta el día 7 de Abríl permanecerá abierta la exposición de José Luis Cano "Odón de Buen, el republicano de los mares" en el Centro Municipal de Iniciativas Culturales.    La biblioteca Municipal de Zuera expondrá, asimismo,  numerosas publicaciones del científico aragonés.

Odón de Buen regresa del exilio

Odón de Buen regresa del exilio

Las cenizas del zufariense Odón de Buen y del Cos retornan a su pueblo en abril, tras un largo exilio.  Había nacido en la villa zaragozana el 18 de noviembre de 1863 y murió en el exilio mexicano el 3 de mayo de 1945. Entre esas fechas median más de ochenta años de una vida larga, dura e intensa, en la que este insigne oceanógrafo de tierra adentro, realizó importantísimos estudios científicos y revolucionó el campo de la docencia. Darvinista, librepensador y republicano. De Buen se topó con los sectores más reaccionarios de la iglesia y fue apartado de su cátedra por el Gobierno de Cánovas. Militó en las filas de Nicolás Salmerón, por cuya candidatura (Partido Republicano Centrista) fue concejal de Barcelona y senador.

La guerra civil le sorprendió en Mallorca, donde fue apresado, pero hasta este punto alcanzó la presión internacional de países como Inglaterra y Dinamarca, logrando impedir que fuese asesinado. Tras un año en la cárcel fue canjeado por dos miembros de la familia Primo de Rivera y quedó en libertad. Al final de la contienda, cuando la victoria de Franco estaba ya muy cerca, Odón marchó a Francia, y luego a México, donde murió atormentado por la ausencia de Rafaela (su mujer, fallecida en 1941), el recuerdo imborrable de su hijo Sadí (fusilado por los sublevados en Sevilla en septiembre de 1936), y el viejo sueño de su imposible regreso.

Odón de Buen siempre soñó volver a Zuera, lo dejó escrito con nostalgia, en las primeras estrmecedoras páginas de sus interesantísimas y todavía inéditas memorias, pero no pudo ser, aquel sueño fue como tantos otros un deseo incumplido. Zuera, su pueblo, tampoco  le olvidó, los numerosos homenajes que la villa ha rendido al padre de la oceanografía española durante los últimos años, así lo demuestran. Ahora, de nuevo, a tan sólo cuatro años de aquel último reconocimiento, que sirvió además para reeditar sus libros, De Kristianía a Tuggurt y Síntesis de una vida política y científica (Ayuntamiento de Zuera / Institución Fernando el Católico), la localidad zaragozana se prepara, de nuevo, para rendirle uno más, quizá el mejor de los homenajes: Odón de Buen, sabio inolvidable de Zuera, volverá, definitivamente, a la tierra que le vio nacer.

Odón de Buen y del Cos nació en el seno de una familia modesta. Sus padres, Mariano de Buen Ropín (sastre de esta villa) y Petra del Cos Corroza, tomaron conciencia muy pronto de la extraordinaria agudeza de aquel niño con cara de listoque, al margen de su gran capacidad intelectual, llevaba una vida similar a la de sus compañeros, con los que participaba activamente en juegos y travesuras infantiles. Sus profesores, Martínez y Casaña, le impartieron en Zuera clases de Historia Natural y de Latín, y le aconsejaroncontinuar sus estudios. Odón fue becado para estudiar el bachillerato en el Instituto de Zaragoza, ciudad a la que sus padres decidieron trasladarse para facilitar su educación.  Con la mudanza a Zaragoza, la economía doméstica se tambaleó obligándoles a llevar una vida todavía más humilde, pero los progresos constantes del joven lograron que jamás se arrepintieran.  Las dificultades económicas no impidieron a Odón relacionarse, su carácter abierto le llevó a hacer grandes amigos, entre ellos los hermanos Royo Villanova, Luis Ricardo y Antonio. Una beca obtenida por los buenos resultados en el bachiller, le da la oportunidad de cursar estudios universitarios tras realizar el cursso preparatorio en la Universidad de Zaragoza. Madrid y la carrera de Ciencias Naturales serán su próximo destino.

En la capital de España, pensionado una vez más por el Ayuntamiento de Zuera, amplió su formación académica gracias a las lecciones teóricas y prácticas de algunos profesores de reconocido prestigio como Máximo Laguna o José Macpherson, con quien llegó a mantener una gran amistad. Con él realizó excursiones a la sierra madrileña, y en su laboratorio, excelentemente dotado de material, estudió la técnica petrográfica.

Macpherson, según Odón de Buen, era un gaditano que "reunía la genialidad y gracia andaluza. la constancia y la persistencia y la paciencia anglicana. Macpherson practicaba la alta geología, no la ramplona del conocimiento superficial de los terrenos; escudriñaba al microscopio las estructuras, la génesis y la evolución de las rocas..."  

Las enseñanzas de Macpherson marcaron su educación científica y su obra posterior, además de amenizar una vida, todavía falta de atractivos. Fueron años en los que el estudiante zufariense tuvo que aprender a repartir su tiempo para poder asistir a las aulas como alumno, y a su vez impartir clases que le permitiesen ayudar economicamente a su familia.  Entre sus primeros alumnos se encontraba el futuro dictador Miguel Primo de Rivera: "Miguel Primo de Rivera era un muchachillo travieso, genial, vivo, cuyo carácter despertaba en sus compañeros vivas simpatías; creo recordar que se preparaba para un ingreso en una escuela de ingenieros, pero se le atragantaban las matemáticas y estaba siempre apelando a mí para que le sacase de apuros... Recuerdo un episodio que Miguel recordaba en las postrimerías de su vida.  Alejo Sesé me trajo, al volver del veraneo, una preciosa pistolita de Eibar, con las incrustaciones de ave que han dado fama a la industria. Me la pidió y como era natural se quedó con ella; pero manejándola se hizo sangre en una mano; primera herida de arma de fuego que sufrió el futuro dictador. Más tarde ingresaba éste en la Escuela Militar y salía muy joven, oficial de infantería".

Durante este periodo estudiantil, Odón realizó estudios de hierbas y plantas, que incluiría más tarde en los Anales de Historia Natural (1883).  Fue compañero y amigo de un estudiante de farmacia llamado Vicente Castelló, quien junto con su tío Pablo, se compadeció de su duro trabajo, recatándole de las casas de huéspedes y llevándole a vivir a su propio domicilio. En aquel ambiente acogedor y familiar, fortaleció su espíritu y su salud física, y creó junto a Vicente un Anuario Científico Español.

En 1885 se declaró la epidemia de cóleraque invadió las riberas del Ebro y del Gállego, y Odón, que había concluido su licenciatura en Historia Natural, regresó junto a su familia retornada a Zuera. Su padre, todavía joven, murió: "Tuvo el consuelo de verme con la carrera terminada, pero no de verme disfrutar de la posición que logré crearme. Quedaron a mi amparo mi madre y mis dos hermanas. La mayor, Benigna, era animosa y muy inteligente, la menor, Pilar, más desgraciada. Sobrevivió mi abuela María, en la que tuve siempre, lo mismo que en mi tío Francisco, el mejor amparo. ¡Qué verano tan triste! ¡Y en que estado de ánimo volvía a Madrid, dispuesto a trabajar y luchar sin descanso!

De nuevo en Madrid, recibió una noticia importante, iba a ser protagonista de una gran experiencia: había sido seleccionado para rrealizar investigaciones científicas a bordo de una fragata de madera llamada Blanca, superviviente de la batalla naval del Callao. La marina de guerra había preparado un viaje alrededor del mundo para instrucción de jóvenes oficiales, pero la falta de presupuesto lo redujo a dos etapas: la primera de ellas al norte de Europa y la segunda por el Mediterráneo y la parte septentrional de África. Ambas estuvieron plagadas de incidentes, contratiempos e incomodidades, pero en ellas se decidió la vocación oceanográfica de Odón de Buen.

En estos viajes pudo visitar varios museos de ciencia y contactar con otros naturalistas europeos, así como conocer el Laboratorio Biológico de Marina que el gobierno francés había ubicado en Villefranche, entre Niza y Mónaco, y donde trabajaba en aquel momento, el prestigioso biólogo Hermann Fol.

Las numerosas peripecias del viaje, no impidieron a Odón, realizar importantes estudios. Recogió dos especies de isópodos clasificados con nombre alusivo a su descubridor: Metopontus Bueni  Porcelio Bueni.  De  Buen, volvió de este viaje con grandes cantidades de material que sirvieron de base a otros grandes estudiosos, para fundamentar sus teorías. En su petate trajo, también un montón de experiencias , que relató durante unos meses de descanso en Zuera: "Escribí un libro relatando el viaje que titulé De Kristianía a Tuggurt, descriptivo y lleno de juicios inocentes; mi obra primera que hallo ahora llenísima de defectos, como escrita por un ingenuo, no por un ingenio, salido apenas de las aulas reducidas de una facultad pobre por todos conceptos, que no tenía la menor experiencia social. Pero aún con esos defectos, los relatos de viajes comenzaban a interesar al público y pude vender un número de ejemplares, inusitado en aquellos tiempos. Para escribir el libro me sirvieron de base las crónicas del viaje que publicaba Ariño en el Diario de Avisos de Zaragoza, popular diario que fue escuela de periodistas aragoneses."

De Buen volvió a Madrid con la intención de ganar una cátedra en la Universidad.  No se había desvanecido su espíritu aventurero, pero necesitaba la estabilidad económica suficiente  para poder casarse. Preparó el concurso de la cátedrade Valladolid, en la que participó sin éxito. Poco después en 1889, obtuvo la de Zoología en la Universidad de Barcelona, que ocuparía hasta 1911, año en el que se trasladó a la Universidad de Madrid.

La Facultad de Ciencias de Barcelona no gozaba por aquellos años de prestigio. Los profesores manifestaban permanentemente su deseo de trasladarse a otras universidades. La enseñanza teórica era impartida con esquemas trasnochados y la práctica apenas existía. La llegada de Odón revolucionó aquel tristísimo panorama. Creó la Sección de Ciencias Naturales, introduciendo material científico muy moderno para aquella época. Las prácticas de laboratorio y  las salidas al campo pasaron a ser algo habitual. Estableció una colaboración estrecha y fecunda con la Estación Biológica de Banyuls. Esdcribió unos manuales de consulta muy extensos, en ellos, explicaba los fenómenos naturales, con planteamientos evolucionistas que rehuían rodeos y pormenorizaciones excesivas.

Este zufariense, considerado como uno de los principales introductores del darvinismo en España, sufrió intensas presiones del obispo de Barcelona, cardenal Casanyes, que declaró herética su obra didáctica. Casanyes dirigió una operación de acoso, que acabó con la separación de la cátedra a Odón de Buen. Este hecho provocó disturbios callejeros de numerosos estudiantes que no aceptaban su destitución así como el cierre de la Universidad. El gobierno francés, para apoyarle, le nombró Oficial de Instrucción Pública: "Era el año 1896. En octubre del anterior, los elementos reaccionarios de Barcelona, seguramente apoyados por los jesuítas e incitados por profesores arcaaicos de la Universidad, lograron del Gobierno de Cánovas del Castillo que se me suspendiera en el ejercicio de las cátedras universitarias que desempeñaba hacía siete años. Para el profesorado clerical, hicieron mis lecciones, desde el primer curso, el efecto de una bomba. Rompía con una tradición arraigada en lo que llamaban enseñanza de las Ciencias Naturales: memorista descriptiva, sistemática, una sucesión de clasificaciones y nombres raros que eran el tormento de los estudiantes y les hacían odiar la Geología, la Mineralogía, la Botánica y la Zoología..."

Odón acabó desde la primera clase con esa enseñanza caduca, organizó prácticas y puso en manos de los alumnos el microscopio y el bisturí. Inspiró sus lecciones de los seres vivos en la Biología y en la Química Biológica, y en la esplendida Biología de Letourneau; dio al estudio teórico y práctico un carácter biológico y apuntó una filosofía fundada en la evolución. Explicó lecciones de una geología y una Mineralogía vivas y evolutivas. Llevaba a sus alumnos al campo a estudiar la Naturaleza, y poco a poco fue ganando la simpatía y admiración de su joven alumnado.

En las campañas políticas, difundía fervientemente las ideas republicanas y librepensadoras. Colaboraba también en  Los Dominicales del librepensamiento que dirigía Rafael Lozano. Allí conoció a la hija de éste, Rafaela, una mujer llena de virtudes, que influiría decisivamente en su vida; con ella contrajo matrimonio en agosto de 1889 y tuvo seis hijos: Demófilo, Rafael, Sadí, Fernando, Elíseo y Víctor.

Publicó una Historia Natural completa (Zoología, Botánica y y Geología) con ilustraciones y grabados, que tuvo gran aceptación en España y varias repúblicas de América. Algunos profesores retrógrados promovieron junto a los jesuítas una excomunión de estos libros, pero erraron los malintencionados censores, porque de Buen, no había declarado como de texto sus libros y tampoco los impuso ni recomendó a sus alumnos.

En un Congreso Internacional de Librepensadores, celebrado ese mismo año, se reunían numerosos científicos y parlamentarios, y Odón organizó una expedición de más de trescientas personas, fletando un barco que realizó el viaje entre Barcelona y Civitavecchia. Tras ese encueentro mundial que presidió el celebre naturista y filósofo Ernesto Haeckel, comenzó el día 2 de octubre su curso de Universidad: "A los pocos días, anunciaban los periódicos de la noche el acuerdo del Consejo de Ministros, suspendiéndome en el desempeño de mis cátedras. Se envió al rector de la Universidad, la real orden consiguiente, para que se me comunicara, documento que nunca llegó a mis manos, ni vieron mis ojos. Porque se amó la de Dios es Cristo, como vulgarmente se dice. Cuando fuí al siguiente día a dar mi clase, me esperaba ante el edificio universitario una muchedumbre de estudiantes y de obreros que me acompañaron hasta el aula, incapaz de contenerles, y a los gritos de ¡Viva Odón de Buen!, invadieron las galerías que conducen a la rectoral, echaron por la ventana los muebles del rector, y tras ellos hubieran también arrojado al imprudente profesor si amigos míos juiciosos no lo hubieran evitado.

Se cerró la Universidad; hubo disturbios callejeros, en los que fue apedreada la residencia del obispo, la del marqués de Comillas y las de otros significados clericales. Yo reanudé mis lecciones, con enorme concurrencia de estudiantes, en el gran salón del Centro Federal, y organicé mis excursiones como si nada hubiera pasado. Pero los disturbios se reanudaban todos los días y mantuvieron la zozobra en Barcelona, hasta que llegó diciembre y con él, las vacaciones de invierno. El Gobierno meditó seriamente el conflicto y parece que oyó saludables consejos del general Weyler, capitán general de Cataluña, disponiendo al fin, que al comenzar el año volviese yo a dar mis lecciones".

En 1906 puso en funcionamiento un laboratorio oceanográfico en Porto Pi (Palma de Mallorca) al cual siguieron otros en Málaga, Vigo, Las Palmas de Gran Canaria... En estos laboratorios se formaron varias generaciones de oceanógrafos.

Odón, que comenzó renovando la enseñanza, abrió con sus estudios un campo de investigación , inexistente hasta entonces en nuestro país. Fundó el Instituto Español de Oceanografía y difundió el resultado de sus trabajos a nivel internacional, además convenció a numerosos políticos e intelectuales de la importancia de su labor científica. A partir de 1908, realizó una serie de campañas a bordo del Averroes  y de algunos navíos de la marina de guerra equipados con instrumental apropiado, que dio a De Buen, oportunidad de trazar cartas de navegación, estudiar los fondos del Estrecho de Gibraltar, analizar las corrientes, la fauna y flora mediterráneas y determinar las migraciones de las especies...

Coincidió con Ramón y Cajal y el Dr. Martínez Vargas en la Escuela Moderna de F. Ferrer Guardia, donde participó en su  Boletín y donde trabbajó, integrándose en su patronato y prestando su apoyo a la pedagogía racionalista. Colaboró como conferenciante y autor de cinco libros de Ciencias Naturales, que fueron utilizados como herramienta de aprendizaje en dicho centro.

La relación de títulos y condecoraciones reecibidas por Odón de Buen es larguísima: Fue Presidente de Honor de las Societé Zoologique de France, doctor honoris causa por Burdeos, miembro de Geographic Society de Washington, Gran Cruz de la Orden de Santiago portuguesa, Gran Oficial de San Carlos de Mónaco, Gran Oficial de la Corona italiana, Comendador de la Legión de Honor Francesa... En España numerosas corporaciones académicas le honraron con sus distinciones.

En 1911 se trasladó a Madrid. Su labor pedagógica en esta ciudad fue una continuación de su etapa en Barcelona, apostando nuevamente por la defensa de una enseñanza completa, científica y experimental. Restableció su contacto con Ramón y Cajal: "Cajal tuvo que hacer nuevos ejercicios de oposición para pasar a la cátedra de Barcelona desde Valencia y desde aquella a Madrid, años más tarde. Un catedrático a quien yo traté, tonto de capirote, se vanagloriaba de no haber votado a Don Santiago, formando parte del tribunal que juzgaba sus ejercicios. ¡Cómo si Don Santiago necesitara ejercicios de sufieciencia para tales menesteres! ¿Y quién se atrevería a juzgarlos? Además, no le dejaron en paz y tuvo más de un disgusto, que conocemos los íntimos y que él no reveló nunca en sus escritos, aunque se dolía en la intimidad..." Cajal y De Buen asistían junto a los doctores Alejandro San Martín y Decref a una tertulia que se reunía, después de almorzar, invariablemente, en el Café Suizo.

Pese a tanta actividad y compromiso, Odón siempre encontró algún hueco que llenó en compañía de sus familiares, amigos y paisanos. De cuando en cuando regresaba a Zuera, durante temporadas breves de teórico descanso, ya que su preocupación por los temas municipales y culturales de su pueblo, así como el estudio y la escritura, ocupaban, casi por completo, todo su tiempo.

Fruto de ese interés por su pueblo, y gracias a su labor mediadora, consiguió que los zufarienses llegaran a disfrutar de una biblioteca municipal y un colegio, inaugurado en 1928, que lleva su nombre. En el corredor de la planta baja de este centro, bajo el retrato de su querido maestro Jorge Luna, se encuentra el busto del ilustre Odón de Buen, modelado magistralmente por su gran amigo Mariano Benlliure.

Odón dio siempre mucha importancia a la amistad, siempre se preocupó de conservarla y fomentarla, a pesar de las diferencias ideológicas y de las dificultades, como sucedió en el caso de Miguel Primo de Rivera: " Apenas llegó a Madrid, victorioso, fui a saludarle y poco después me hizo el honor de venir a mi casa a cenar con mi familia en la mayor intimidad; vino solo, la cena fue muy animada, llena de recuerdos y de anécdota, simpatizó mucho con mi desventurado hijo Sadí, al que sse llevó a Roma cuando la visita del Rey de España. Tras la cena, charlamos largas horas en mi despacho. (...) Algunas reflexiones le hice; le recordé aquel programa de Costa: militares sin militarismo, curas sin clericalismo, etc. Me pidió que no escatimara mis juicios en lo que hiciera, ni mis consejos cariñosos. Por mi parte le dije a Miguel, como había hecho al General Azcárraga en el Senado: de cada 100 asuntos que trates desde el Gobierno, más de la mitad no tendrán nada que ver con las opiniones políticas y en éstos siempre me tendrás a tu disposición. Y conste que en la política del Directorio Militar, ni en la del Gobierno que le sucedió, no tuve la menor intervención, ni siquiera me juzgo entterado de las maniobras, ni de los líos entre bastidores... (...)

Debó confesar que observé bien pronto las maniobras en derredor de Miguel; de un lado para apoderarse de él en beneficio de las derechas, del otro para minarle el terreno y conducirle al fracaso.  No he sido nunca intrigante y no supe intrigar creándole una atmósfera favorable a las izquierdas o por lo menos a una imparcialidad salvadora en la designación de personas responsables. Alguna vez me dolí de ello y algunas observaciones le hice en mis cartas y en mis conferencias."

La dictadura tomó como propios los planes del científico aragonés y creó la Dirección General de Pesca, a la que anexionó el Instituto Español de Oceanografía. Odón de Buen fue nombrado Director General, cargo al que accedió, haciendo constar en esl decreto que éste era exclusivamente técnico. Mantuvo este rango con la Monarquía y la República.

Cuando se proclamó la República en 1931, Odón de Buen había alcanzado la cima de la felicidad, todo le sonreía, seguía trabajando mucho, pero siempre obtenía los resultados esperados y por otra parte, había logrado un prestigio internacional que nunca había soñado. Su llegada era un motivo más de alegría: "No había discrepancias en nuestra familia. El abuelo Fernando había sido uno de los héroes nacionales en la lucha por la República y por el libre pensamiento. Yo había cooperado con toda devoción y energía en la ruda batalla durante muchos años..."

Tres años más tarde, en octubre de 1934, de Buen cumple sus cuarenta y cinco cursos de docencia ininterrumpida como catedrático de Universidad, han pasaddo por sus aulas cerca de 25.000 estudianres y llega el momento de la jubilación y la nostalgia: "Debí mis primeras emociones de oceanógrafo a mi contacto con la marina... (...) Falto entonces de maestros en España y necesitado de las enseñanzas y de los consejos de los más expertos, tuve la suerte dd hallar en mi camino dos hombres eminentes, tan sabios como generosos, cuyas bondades fueron para mí ilimitadas; el profesor de la Universidad de París Mr Henry de Lacaze-Duthiers, digno sucesor de Cuvier y de Geoffrey de Saint Hilarie, y el incomparable Principe Alberto de Mónaco. Por ellos y con ellos conocí y manejé el más perfecto material de investigación y de trabajo oceanográfico  y pude aprender los métodos modernos de oceanografía física y de biología marina..."

Durante la guerra civil, los sublevados apresaron a Odón de Buen, que se encontraba trabajando en el laboratorio de Palma de Mallorca. Allí permaneció detenido hasta su canje por dos miembros de la familia Primo de Rivera, prroduciéndose en aquel momento una curiosa anécdota: los tres prisioneros se conocían debido a que como ya hemos dicho, Odón de había ejercido de profesor de Matemáticas para Miguel.

Al finalizar la contienda, Odón de Buen residió en Banyuls y más tarde en Mñéxico, donde murió en 1945. El hecho de haber muerto en el exilio contribuyó a que parte de su extensísima y variada obra se encuentree todavía dispersa. Junto a varias decenas de libros científicos que nos legó, se encuentran centenares de artículos peridísticos, la traducción de las memorias de Garibaldi y una interesante biografía de Ignacio Jordan de Asso.

Sin embargo, por encima de su ingente obra científica e intelectual, Odón de Buen nos dejó algo muchísimo más valioso. En estos tiempos donde abunda el individualismo, la insolidaridad, la mentira, la intolerancia y la falta de respeto, Odón nos legó su ejemplo de hombre noble, solidario y bueno. Thomas Glick, prestigioso hispanista de la Universidad de Bostón dijo de Odón de Buen en 1986: "A pesar de ser republicano, garibaldino, librepensador, ateo y darvinista sólo se llevó mal con aquellos religiosos dogmáticos que se interpusieron en su camino, tratando de impedir su trabajo"

Odón de Buen, el sabio inolvidable de Zuera, el padre de la Oceanografía española, renovador de la docencia, y una de las figuras más importantes del mundo de la ciencia, vuelve por fin a casa, dentro de pocos días, a las puertas de una nueva primavera.

Antonio PÉREZ MORTE

(Trébede nº73, Zaragoza, Marzo de 2003)   

 

Pablo Guerrero: el coleccionista de semillas.

Pablo Guerrero: el coleccionista de semillas.

 

Conozco, de sobra, esta voz que susurra y desgrana semillas con dulzura, la voz que recita y canta: esa voz que ha crecido conmigo, la voz del cantor de la lluvia.   A treinta años de distancia de aquel disco grabado en el Olympia, todavía recorro entre surcos la emoción contenida, para entonar: Nada es fácil y tampoco la vida...

Conozco esta voz grave. Son más de tres décadas de sueños y melodías arrancadas a la rutina, para trocar desencanto por esperanza, tristeza por poesía.  Ahora Pablo ha dado un paso más: "He querido hacer un disco depurado y terapéutico, que huya de los fuegos de artificio, pero que sea capaz de repartir abrazos y currar las heridas del alma..."     Le digo que conmigo lo ha conseguido y se emociona: "Eso, Antonio, es muy importante para mí..."  Realmente es así.    Poner en la disquetera de mi equipo de música su álbum Plata, es trasladarse, de inmediato, a un oasis de tranquilidad y olvidar el estrés y la ansiedad que a menudo nos atrapan.

Pablo Guerrero, que este 2006 cumplirá sesenta años, conversa con tranquilidad y sosiego y me confiesa que a su edad las cosas se saborean mucho más y se contemplan con más calma.  Hablamos despacio del disco, ese disco que le ha hecho "feliz, muy feliz".  Una obra poestico-musical que ha contado con la colaboración de numerosos amigos: las cantantes Luz Casal, Olga Manzano y Olga Román; los guitarristas Luis Mendo, Suso Saíz y Nacho Saínz de Tejada; el bajista Billy Villegas; Lorenzo Solano al saxo; Luis Camino a la percusiones...  Todos ellos han puesto su granito de arena, en el mejor trabajo (sin duda alguna) de su trayectoria, porque Plata atesora entre otras muchas cosas: belleza, honradez, sencillez y sensibilidad.

Pablo recuerda cómo extrajo, sin instrumento alguno, la melodía interna que cada poema escondía, hasta quedarse sólo con su esencia. Mientras, poco a poco, iba depurando su nuevo concepto de canción. Una canción semilla, que seguro, germinará en cada escucha, con cada nuevo latido:

La plata se duerme en arroyos de espejos

y llena tu cintura de caricias de agua.

Tú, que nunca estás sola porque sientes

volar un ave de tu mano cerrada...

 

Antonio Pérez Morte  (Nº 51 de Qriterio Aragonés, Zaragoza, Marzo de 2006) 

 

 

¿Cultura?

Mientras la Diócesis de Lerida, amparada por la Consejería de Cultura de la Generalitat, se resiste a la devolución de ciento trece obras de nuestro patrimonio artístico religioso, los papeles de Salamanca -todavía sin revisar- viajan camino de Barcelona, más como pago a los favores políticos prestados al gobierno por los nacionalistas catalanes, que como un acto de justicia histórico, que debiera repetirse en otras comunidades, que también vieron incautados sus bienes durante la guerra civil.  Sin salir del ámbito cultural, nos enteramos  de que el Museo Reina Sofía ha extraviado una obra escultórica de Richard Serra, de 38.000 kg de peso. ¡La vergonzante actualidad cultural española, empieza a cobrar dimensiones tan grandes como la incompetencia manifiesta de sus gestores!

SE BUSCA A ESTE HOMBRE

SE  BUSCA  A  ESTE  HOMBRE

 

Se busca a este hombre de la fotografía.  Desapareció hace algún tiempo con la Edad del Pavo, como si de un adolescente se tratara, pero no lo era:  No lo es.  A pesar de su aspecto, se trata de un hombre maduro,  peligroso,  capaz de cautivar con el arma eterna de la palabra,  hasta a su padre.    

Las secciones culturales de los periódicos nos advirtieron de este riesgo inútilmente, porque todos sabemos del escaso prestigio y credibilidad de la prensa actual.  Sin embargo, en esta ocasión, no se equivocaron... 

Un reputado comisario de la inmortal ciudad,  apodado "Usón" y especializado en casos parecidos,  asegura estar preparado para acometer la importantísima labor de dejar al descubierto, en los próximos días,  los planes y proyectos de este individuo camaleónico,  que al parecer  cambia a menudo de imagen (con pelo recogido en coleta o desmelanado)  y al que alguna de sus numerosas víctimas asegura (sin el más mínimo pudor)  haber visto a menudo, bolígrafo en mano, paseando por las desiertas  calles de Garrapinillos.