P.A.Z.
Hace unos meses en una breve entrevista que publicó Artes y Letras, respondí, entre otras a la siguiente pregunta: ¿Qué detesta mucho? No dudé en la respuesta: "La falta de respeto y la violencia". Hubiese respondido de la misma forma a esta pregunta en cualquier otro lugar, en cualquier otro momento. La falta de respeto, la hipocresía y sobre todo, la violencia, son desde siempre algunos de los comportamientos humanos que más detesto, los que más me alteran y aterran, por eso he estado siempre en contra de las guerras: La del Golfo, la de Irak...
En estos días de subastas pre-electorales, en los que los "grandes" partidos intentan captar con sus ofertas de saldo y sus improvisadas promesas el voto de los ciudadanos indecisos o amnésicos, ando de un sitio para otro, huyendo de las eternas diferentes varas de medir existentes, en todos (he dicho todos) los deformativos televisivos y radiofónicos.
Son ya más de treinta años, demasiado tiempo, desde que este hombre, que hoy tiene de cuarenta y siete, pegó su primer pasquín de sueños. Demasiado tiempo, luchando, bolígrafo en mano, incluso desde la militancia, robándole horas al sueño, como para permanecer impasible contemplando el triste, deplorable, e insoportable espectáculo de los tristes profesionales de la manipulación.
Ando mareado y sigo donde estaba, en el mismo sitio de siempre, pero todo se ha movido a mi alrededor. Estoy contra las actitudes insolidarias y faltas de ética. Me da igual las siglas de quien las promueva: Todavía duelen más si vienen de partidos que se autodenominan de izquierda.
Respeto todas las opciones que puedan darse en democracia. Para profundizar en ella los partidos políticos debieran ser capaces de realizar una profunda y sincera autocrítica, que les ayudase a llevar a cabo un proyecto prográmatico coherente o una oposición responsable, algo que hoy por hoy parece impensable y urgente. Urgente, también, sería realizar una profunda reforma de la ley electoral, "desproporcionadamente" injusta, y que incorporase por fin las listas abiertas. ¡No caerá esa breva! ¡Todavía estamos muy lejos de todo eso!
Seguimos como siempre, con la eterna y absurda discusión sobre las condiciones y el lugar del debate entre dos candidatos (¡como si no hubiese más!). Mientras, contemplamos el triste espectáculo de un colectivo de artistas que "actúan" sólo para el presidente del Gobierno, tal como lo hacían los bufones ante la Corte. Estos artistas, que en los últimos años no han cesado de demostrar su sectarismo escandoloso, se permiten el lujo de descalificar e insultar a aquellos ciudadanos que no piensan votar al mismo partido que ellos: ¡Claro que hay, sectores sociales, profesionales y ciudadanos con distinto criterio, que no se sienten tan arropados, por el poder! ¡Quizá por eso -y a pesar de que en muchas ocasiones valoren su trabajo- no se decidan a poner su indice y pulgar ante el rostro, para hacer ese gesto del símbolo del canon, perdón, quise decir de Zapatero!
¡Nunca voté al PP! ¡Nunca vote AL PSOE! ¡No voy a "defender" vuestra alegría, prefiero seguir, triste o contento, sin traicionarme a mi mismo, sin remordimientos!
Antonio Pérez Morte
6 comentarios
Antonio Pérez Morte -
Manuel -
Un abrazo y ¡muchas gracias por la siguiente entrada! ¡Me ha sorprendido y gustado mucho!
Antonio -
Antonio -
¡Un abrazo!
laMima -
Me uno a tu súplica de respeto, coherencia y racionalidad. Parece (¿?)que estén jugando con nosotros y somos tan estúpidos que nos dejamos llevar. "Voto útil""regateos""mentiras a la cara"...no por favor.
En esto, además, soy pesimista Antonio. No espero que lleguen tiempos en los que la actividad política y administrativa se ciña a hacer su trabajo de la forma mas correcta, justa y efectiva.
También, como a tí, me duelen más estas hipocresías cuando vienen de la izquierda...porque creo sinceramente que allí son anti-natura, pero bueno.
Habremos de sentarnos a esperar.
Abrazos.
octavio -
octavio