LA VOZ BRAVA DE LA MAR
Lector, tienes por fin entre tus manos las ansiadas Memorias de Odón de Buen y del Cos, sabio inolvidable de Zuera y padre de la Oceanografía española. Una obra sobria, de indudable valor histórico y testimonial, caracterizada por la extraordinaria sencillez de su discurso, que te atrapará desde la primera página. Escrita de puño y letra a lo largo de 1.177 cuartillas, ha tardado sesenta años en ver la luz.
El científico zufariense comenzó a redactarla en Banyuls sur Mer, el 17 de agosto de 1940, en condiciones muy diferentes a las que siempre soñó, lejos de su villa natal y desprovisto, casi por completo, de documentación y cuaderrnos de viajes, que hubiesen facilitado una labor que, indefectiblemente, tuvo que dejar a merced de la memoria.
El original de las mismas, en poder de Jorge de Buen Lozano, fue transcrito por Mª del Carmen de Buen López de Heredia. Su colaboración, junto con la de Mariano del Cos Lamarca y otros muchos descendientes de Odón de Buen, ha permitido al Ayuntamiento de Zuera trasladar su obra a soporte informático, como paso previo a la revisión final realizada por la Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza.
Mis memorias guarda juntto al relato cronológico y personalísimo de los acontecimientos políticos y científicos que marcaron la vida del ilustre oceanógrafo, un autorretrato emocionante, dibujado a través de las apasionantes pinceladas literarias de sus extraordinarias vivencias. En estas páginas las hallarás a cada paso: pinceladas y trazos que van delineando, poco a poco, el admirable perfil humano de este hombre ejemplar, que dedicó su vida a tareas científicas, intelectuales y políticas, en beneficio de una sociedad que no siempre supo entenderle.
Odón de Buen, que se definió a sí mismo como republicano, librepensador, ateo y darwinista, nos narra con lenguaje claro y sencillo, cada uno de los pasajes de este libro, en los que recorre las distintas etapas de su vida, haciéndonos partícipes de todos sus recuerdos: alegrías y tristezas, inquietudes y temores, logros y sueños.
Sabremos cómo revolucionó el campo de la docencia, acabando con una enseñanza caduca, que era impartida con esquemas desfasados y que prescindía además, casi por completo, de las práctica. Nos emocionarán las aventuras de sus viajes a bordo de viejos fragatones de madera como la Blanca (superviviente de la batalla naval del Callao), siempre con más ilusión que presupuesto. Disfrutaremos con sus inteligentísimas observaciones, con sus brillantes y críticos análisis y autoanálisis. Nos indignarán sucesos dramáticos, cargados de injusticia, como los vividos en la Universidad de Barcelona en octubre de 1895, y remmemorados por él con tanta energía como lucidez. Allí se topó con los sectores más reaccionarios de la iglesia y fue apartado, temporalmente, de su cátedra, por el Gobierno de Cánovas. El Gobierno francés, para respaldarle, le nombró Oficial de Instrucción Pública.
Descubriremos, también, al militante del Partido Republicano Centrista de Nicolás Salmerón, que fue protagonista de una breve, pero intensa carrera política en la que llegó a ser concejal de Barcelona y senador, y cuya ideología despertó, a menudo, fuertes recelos en aquellos que no le conocían.
Honesto y noble, lo hallaremos defensor y garante de los intereses colectivos frente a las actitudes sectarias, difundiendo fervientemente las ideas republicanas y del librepensamiento, a través de centenares de artículos de prensa. Su sentido del deber le llevó a aceptar algún cargo, siempre de carácter exclusivamente técnico, con diferentes gobiernos.
La dictadura de Primo de Rivera, haciendo suyos los planes del científico aragonés, creó la Dirección General de Pesca a la que anexionó el Instituto Español de Oceanografía (funfado por él), y nombró a de Buen titular de un cargo que mantendría con la Monarquía y la República.
Cuando la República se proclamó, en abril de 1931, Odón había alcanzado la cima de la felicidad en lo personal y profesional y gozaba de un prestigio internacional que nunca antes había soñado. Sin embargo, aquella idílica situación duraría muy poco, la guerra civil llegó arrasándolo todo: le sorprendió en Mallorca, donde fue apresado, y hasta donde llegó la presión de países como Inglaterra, Francia y Dinamarca, logrando impedir que fuese asesinado, como Sadí, el tercero de sus hijos. Su muerte, marcaría para siempre la existencia de Odón de Buen. Tras un año en la cárcel fue canjeado por dos miembros de la familia Primo de Rivera y quedó en libertad.
Al final de la contienda, en 1939, cuando la victoria de Franco estaba ya muy cerca, Odón marchó a Francia y luego a Méjico, donde murió en 1945, dejando esta obra inconclusa. Una obra que viene a sumarse a otros títulos también recuperados, recientemente, por el Ayuntamiento de Zuera y la Institución Fernando el Católico: De Kristianía a Tuggurt y Síntesis de una vida política y científica.
Ojalá esta primera edición de Mis memorias constituya un nuevo paso en ese camino, que lleve a afrontar la recuperación bibliográfica de un autor interesantísimo, que fue capaz de volcarse, casi hasta el final de sus días, en unos textos tan limpios y cristalinos como rebosantes de pasión y sabiduría. Su enorme altura intelectual (se relacionó con los los grandes nombres de la ciencia y la política de la época) vuelve a brillar, una vez más, en el torrente incontenible de su voz, brava como la mar: en su palabra. Por encima de todo sobresaldrá siempre la memoria de un ser humano exttraordinario, que se adelantó a su tiempo, injustamente olvidado.
¡Recuperar su obra es rescatar un pedazo de nuestra historia! ¡Honrar su memoria, acabar con su exilio!
Antonio PÉREZ MORTE
(Introducción a Mis memorias, Odón de Buen y del Cos, IFC, Zaragoza 4 de Abril de 2003)
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