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Antonio Pérez Morte

Poetas

VELAS SOBRE EL TIGRIS (Ángel Petisme)

VELAS SOBRE EL TIGRIS   (Ángel Petisme)

El día de Zacarías en Bagdad
encendemos velas y las colocamos
flotando sobre el Tigris,
pensamos un deseo.
No tenemos nada
salvo la guerra sobre nuestros hombros,
es cierto Ahmed,
como abejas sin néctar.
Pero volverán días buenos,
te casarás, tocarás la belleza,
y acunarás otra vida en tus brazos
con las promesas de la felicidad.
Los puentes del río, las nubes
del Caspio que venían
untando el mar y recogían velas.
Había peces y amor en su profundidad,
era tan hermoso,
las mujeres arrojaban pescado a las gaviotas.
Y ahora este sudario de humo,
el insomnio de los escorpiones.
A
hmed, el mundo que da miedo acabará.
Los tanques, los disparos,
las hélices siempre allá arriba.
Sé lo que piensas:
Si no luchas por tus sueños
es que no los mereces.
Vendrán días mejores,
pase lo que pase, no pierdas tu inocencia, le digo.
¿Quién sabe si un día volverá a sonreír? ´

 

Ángel Petisme 

 

 

¡Ay, democracia! (Javier Krahe)

¡Ay, democracia!     (Javier Krahe)

Me gustas, Democracia, porque estás como ausente
con tu disfraz parlamentario,
con tus listas cerradas, tu Rey, tan prominente,
por no decir extraordinario,
tus escaños marcados a ocultas de la gente,
a la luz del lingote y del rosario.

Me gustas, ya te digo, pero a veces querría
tenerte algo más presente
y tocarte, palparte y echarte fantasía,
te toco poco últimamente.
Pero, en fin, ahí estás, mucho peor sería
que te esfumaras como antiguamente.

Los sesos rebozados de delfín
que Franco se zampaba en el Azor
nos muestran hasta qué grado era ruin
el frígido y cristiano dictador.

Fue un tiempo de pololos, tinieblas y torturas...
volvamos al aquí y ahora
donde tú, Democracia, ya sé que me procuras
alguna ley conciliadora,
pero caes a menudo en sucias imposturas,
fealdades que el buen gusto deplora.

Como el marco legal siempre le queda chico,
y a eso el rico es muy sensible,
si tirando, aflojando, empleando un tiempo y pico,
se hace un embudo más flexible,
que tú apañes la ley a medida del rico
al fin y al cabo es muy comprensible.

¿Pero qué hay del que tiene poca voz,
privado de ejercer tantos derechos,
porqué al nudista pones albornoz,
qué hay de los raros, qué hay de los maltrechos?

Y tus representantes selectos, Democracia,
tus güelfos y tus gibelinos,
cada día que pasa me hacen menos gracia,
sus chistes son para pollinos.
A enmendar tus carencias te veo muy reacia
y están mis sentimientos muy cansinos.

Y como ya me aburre decir continuamente
"eso no estaba en el programa"
no cuentes con que vaya hacia ti cuatrianualmente,
no compartamos más la cama,
vamos a separarnos civilizadamente.
Y sigue tú viviendo de tu fama.

Cuando veas mi imagen taciturna
por las cívicas sendas de la vida
verás que no me acercan a tu urna.
No alarguemos ya más la despedida.

 

Las heridas del último desnudo (Antón Castro)

Las heridas del último desnudo (Antón Castro)

 

                                                            Para Julio Antonio Gómez, 1935-1988

 

 

Antes que nada, inolvidable Julio Antonio Gómez,
fuiste para mí un sombrero: un rostro grande, redondo,
cubierto con un sombrero negro, casi desvaído: así te retrató,
entre la acequia y los cañaverales, Joaquín Alcón.

Fue lo primero que me intrigó de ti: bajo el ala breve
se te veía con los ojos de aventurero y de burlador
del mundo y de sus estaciones de paso.

Poco después, alguien me dijo que tu poemario
Acerca de las trampas era un libro de amor y de furia,
el cántico y la sed de un hombre que ama
y se incendia, noche a noche, en los volcanes del deseo
y en los porches de su ciudad de tres ríos.

Hablaban de ti y decían que habías sido un loco,
un esteta, un galanteador de las noches prohibidas,
un perseguidor de púgiles sin gloria en los billares sombríos.
Hablaban de ti y decían que un día estuviste en París
y en las cárceles de los placeres prohibidos.
Ibas al cine, ibas al Sena. Oías a Leo Ferré:
eras un sonámbulo que se escondía lejos de casa.

Me dijeron que lo habías sido casi todo: editor, fotógrafo,
que habías visto el sol de Tánger y las culebras del desierto.
Cuando llegó la noticia de tu muerte –“Julio Antonio
se murió esta madrugada: con el agobio se le paró
para siempre su gigantesco corazón de enamorado”-,
fui a tu casa: María Crespo, tu dama de llaves, tu otra madre,
me mostró todos tus papeles, tus libros, tus cartas.
La caligrafía de un erotismo tan urgente como aplazado.
Todo tu mundo se alzó ante mis ojos: tu suavidad de centauro,
tu aridez de nardo caliente. Tu alma a la intemperie.
Tu mole de rinoceronte de ternuras suicidas.

¿Quién eras, en realidad, Julio Antonio Gómez,
Papageno de las islas de luto y de las palabras de olvido?
Me gustó comprobar que habías sido retratista.
Que habías querido sobreponerte a los perros del deseo.
Letra a letra, palabra a palabra, libro a libro.
María Crespo lo mantenía casi todo intacto, como si esperase
que un día volvieras a casa para siempre
a completar tus mejores poesías y a contarle
el poema de tus pasos, las heridas de tu último desnudo.

Antón Castro 

 

[Este poema dedicado al poeta Julio Antonio Gómez, editor de Javalambre, se ha publicado en la revista ‘El Alambique’ por invitación de Ángel Guinda y de Agustín Porras. A ambos muchas gracias. Es probable que integre un poemario nuevo al que le doy algunas vueltas. Hace algunos días, José Antonio Duce, un estupendo fotógrafo y un estupendo amigo, que ha aparecido aquí muchas veces, me mandó esta foto de Julio Antonio Gómez; la fecha en 1958: Julio tendría entonces unos 25 años.]

Cuando un amigo se va. (Facundo Cabral)

Cuando un amigo se va.    (Facundo Cabral)
 

Cuando un amigo se va
Queda un espacio vació
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo

Cuando un amigo se va
Queda un tizón encendido
Que no se puede apagar
Ni con las aguas de un rio

Cuando un amigo se va
Una estrella se a perdido
La que ilumina el lugar
Donde hay un niño dormido

Cuando un amigo se va
Se detienen los caminos
Y se empieza a revelar
El duende manso del vino

Cuando un amigo se va
Galopando su destino
Empieza el alma a vibrar
Por que se llena de frio

Cuando un amigo se va
Queda un terreno baldío
Que quiere el tiempo llenar
Con las piedras del astillo

Cuando un amigo se va
Se queda un árbol caído
Que ya no vuelve a brotar
Por que el viento a vencido

Cuando un amigo se va
Queda un espacio vació
Que no lo puede llenar
La llegada de otro amigo

 

¿Qué mejor canción que esta para recordar hoy al grandísimo creador, Facundo Cabral, asesinado hace sólo unas horas en Guatemala?  Su vida marcada para siempre por el dolor y la enfermedad, no le impidió realizar una obra, llena de lucidez y de cordura, de fortaleza de espíritu, de amor a los demás, que queda para siempre, definitivamente con nosotros. 

Antonio Pérez Morte

Cuatro poemas (José Luis Alegre Cudós)

Cuatro poemas     (José Luis Alegre Cudós)



El amor juega con el cuerpo
Del amor. ¿Es una palabra?
¿Un contacto? ¿Qué puedo decir
sin temor a equivocarme?
¿Es un sentimiento? ¿Una emoción?
¿Es el corazón? No sé. A veces
lo siento.   

II

Estoy en el bosque.
Tengo miedo.
No sé a qué.
Quiero salir del bosque.
Estoy agotado.
Me duermo.
Me despierto.
Tengo hambre y miedo.
Días y días.
Me colgaré de un árbol.
Y se acabó la excursión.  

III 
Estoy orgulloso
De ser escritor.
Lo diré de otra manera.
El silencio lo dirá mejor que yo.
Y ahora sí que no miento. 

IV 
Me harta, me alimenta
El vivir cada día.
Soy un descubrimiento.
Me sale el sol tres veces al día.
Tengo el triple de sangre.
Harto de comer vida.
Harto de tener poesía.   

José Luis Alegre Cudós

Un poema a Margarita (Manuel Pinillos)

Un poema a Margarita      (Manuel Pinillos)

A Margarita

 

Cansado de vivir en mí, me eché a tu río.
Mi cadáver de pena bajaba por tus aguas
y salió a esta otra orilla mi corazón más vivo.
¡Oh, acabar donde era y nacer en tu alma!
He aprendido la vida más cercana y más bella
en tus días iguales, tan seguros y eternos.
Si me haces un plato de ensalada, me besas
con olores de campo, con los labios del cielo.
Si me hablas de cosas tan pequeñas, diarias,
como el precio del puerro o de las alcachofas,
sé la cifra secreta de las más altas ramas
y la fuerza sonora de las primeras rosas.
Cuando callas me habla el silencio del aire
de la cima de oro que alcanza mí alegría
y un silencio contigo es un silencio a mares
donde escucho la hermosa canción que no sabía.
Soy ya como las salas de un castillo encantado
donde todas las luces dicen palabras tuyas.
Hay letras de tu nombre por todo mi pasado
y te conozco hasta en la muerte que me suba.
Pero no digo esto por decir, extasiándome
en ese alrededor que me das ahora mismo.
Veo tu enorme forma antes de recordarte
y eres todo el futuro: Porque contigo, existo.

 

              (Manuel Pinillos, Debajo del cielo).

 

Nos haces una falta sin fondo (José Antonio Labordeta)

Nos haces una falta sin fondo    (José Antonio Labordeta)

 

Hermano, hoy estoy en el poyo de casa,
donde nos haces una falta sin fondo!
...................................................... ..........
Oye, hermano, no tardes
en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá.
César Vallejo

Miguel:                      Y caminamos.
-------------------------Aunque se hizo el silencio
y no viniste, seguimos caminando.
-------------------------Atruena la ciudad.
Los verduleros -sus voces tan hirientes
ya no hieren- bajo tu ventanal
suavizan a desgarros la mañana.
-------------------------Atruena la ciudad
y en su silencio, tu nombre lo ha evocado
un joven escritor
-------------------------de menos de mil años
al preguntar por dónde te has marchado.
El resto,
los señores de alegres corbatines,
se agobian de queridas y de acciones
-------------------------y tu te quedas
solo.
-------------------------                   Mamá
quiere besarte sobre el rostro
-se lo hemos permitido-
y con su beso de lágrimas,

de atroces tiempos y recuerdos,
te has marchado de casa
apenas comenzaba a atardecer.
-------------------------Ella
te llora en los rincones
y la ciudad,
que apesta a soledades y decoros,
no puede olvidar
tus voces acusando,
-------------------------amando,
señalando injustas manos rotas
de jóvenes airados
con potencia de águila paloma en las palabras.
-------------------------Miguel:
mamá te vuelve a descubrir
cada mañana
y mira tus camisas,
-------------------------tus viejos pantalones,
tu boina de domingo,
tus zapatos de campo y de paseo
y te gesta de nuevo,
esta vez a lágrimas y llanto.
-------------------------Mi hija
-Ana pequeña ahijada tuya-
me pregunta cuándo vas a nacer
de nuevo,
para volver aquí, a nuestro lado.
-------------------------Y todo el gesto duro
de la vida,
se vuelca en mi costado
dañándome la ausencia
conque nos has dejado

José Antonio Labordeta  (Treinta y cinco veces uno)

La Voz Del Poeta (Miguel Labordeta)

La Voz Del Poeta     (Miguel Labordeta)

En lo alto del Faro,
viendo ir y venir
a las pobres gentes en sus navegaciones de un día.
En lo alto del Faro,
contemplando el abismo de las criaturas y el vértigo de los astros.
En lo alto del Faro,
escuchando llegar a los rostros futuros
y oyendo en lo hondo de las aguas las voces de los muertos.
En lo alto del Faro,
amando,
sabiendo que el amor es un fracaso,
y cantando,
sabiendo que su canto no ha de ser comprendido.
Vestirse, alimentarse,
ganarse el pan de cada día,
discutir de las cosas banales,
endomingarse como cada cual
y hacer el amor a una dulce estudiante,
como cualquier empleado de Banca.

Y sin embargo,
velar largamente en duelo,
oír en los silencios el ritmo pavoroso de los tiempos,
acariciar la marea de las edades inmensas,
rompiéndose en quejidos y maravillosas melodías
contra el humilde corazón infortunado
en lo alto del Faro.
En lo alto del Faro,
mientras todos se emborrachan en los festines,
o corroen su envidia en las duras jornadas de trabajo,
o acaso buscan sus puñales secretos
para degollar al niño desconsolado que ellos fueron,
la mirada rauda de visiones
persigue el rumbo, en intemperie desconsolada y altiva
de los navíos futuros.
Y preguntar a la sangre el porqué del olvido
e indagar las primaveras que nacen del sollozo terrestre
y la melancolía que hila el atardecer solitario de los cielos.
Acariciándolo todo, destruyéndolo todo,
hundiendo su cabeza de espada en el pasmo del Ser
sabiendo de antemano que nada es la respuesta.
En lo alto del Faro.
La voz del poeta.
Incansable holocausto.

 

Miguel Labordeta Subías

La vida (Carmen Serna Montalvo)

La vida        (Carmen Serna Montalvo)

La vida es un aire turbulento,
un enigma profundo sin resolución,
encuentro de voces no siempre sincopadas,
lucha perpetua, sin tregua,
puente que desemboca
en la muerte inexorablemente.
¿Por qué la amamos tanto?
¿Nos asusta el enigma de lo desconocido?.

 

Carmen Serna

(La Puebla de Híjar 1924 /  Zaragoza 2011) 

Este gesto entre dos hombres (Antonio Portela Lopa)

Este gesto entre dos hombres   (Antonio Portela Lopa)

Afirmo que este gesto entre dos hombres
de estrecharse las manos mutuamente
es resumen de la virilidad.
Es el momento en que los dos poderes
contactan e intercambian las memorias
de la fuerza. Tensión informativa
de las huellas del músculo y la íntima
introspección ajena de la alerta
es dar la mano a un hombre igual a ti.
Este primario vínculo conciso
es ruda forma de conocimiento.
Asumo plenamente la excitante
batalla digital, registro breve
que supone estrechar la mano a un hombre
y de todas las formas de saludo,
entre besos y abrazos, ésta escojo
para tratar con mi mitad del mundo.

Antonio Portela Lopa   (De "¿Estás seguro de que no nos siguen’" DVD Ediciones, 2003)

Sin que sirva de precedente (David González)

Sin que sirva de precedente     (David González)

sin que sirva de precedente

son las seis de la tarde
del mes de agosto.

estoy echado en la cama,
encima de la cama, desnudo.

en una mano tengo un porro,
en la otra un cigarrillo.

estoy a gusto.

acabo de follar con ángeles,
aunque ahora que lo pienso
lo que realmente hicimos fue
querernos.

por la ventana abierta de par en par
entran los tejados de mi calle,

el martillo neumático de una zanja,

alguien que arranca el coche,

niños.

tengo sueño, mucho, mucho sueño,

y lo que es mejor todavía:

por esta vez,
y sin que sirva de precedente,
tengo ganas, muchas, muchas ganas

de
soñar.

POEMA:            David González
FOTOGRAFÍA:  JAY JOGERSEN

 

Sobredosis de simpatía (Javier Corcobado

Sobredosis de simpatía    (Javier Corcobado

 

Mientras en la televisión los famosos
mueren de sobredosis de simpatía,
yo me oculto en ese bolsillo pequeño
donde el amor suele guardar su encendedor
...y compongo una nana del fin del mundo
de un día de duración
para hacer felices a los sueños
y a los pensamientos.
 
Javier Corcobado

Ser mayor es un timo (Belén Reyes)

Ser mayor es un timo   (Belén Reyes)


Exijo me devuelvan
a los Reyes de Oriente.
Las cartas y mi letra
redonda, grande, el lápiz,
la goma olor a fresa.
Los póster de Elvis Presley,
la casa de mi abuela.
Los cromos de Pinocho,
Pipi Lángstrump, mi trenza.
El libro de lectura.
La bufanda y la trenca.
Los cuentos de mi madre,
la nocilla, y Elena
Francis, todas las tardes
después de la merienda.

Ser mayor es un timo.
Me han robado la esencia.

Belén Reyes   (Ser mayor es un timo, Celya, Salamanca 2010)

 

 

 

 

La pintura de Antonio Saura (Luis Eduardo Aute)

La pintura de Antonio Saura  (Luis Eduardo Aute)

 

 

se piden paso en este incómodo  proceso
de maquillajes sin orden, febriles caretas,
retratos imaginarios
a golpes de ceniza creciendo
como arrugas carnívoras
confundidas
y amontonan una misma mueca
un mismo monstruo
que aprieta los huesos
para sujetarse las vísceras
en un esfuerzo estéril
de ocultar la careta más grotesca
hecha detrito.

 

AMIGOS (Emilio Gastón)

AMIGOS                    (Emilio Gastón)

Hoy ipsofactamente continuemos
nuestra simple faena de vivir.
Siglos ya de olvidar nuestro letargo
para seguir cantando como entonces.
¿Cúántos miles de años he dormido?
Recuerdo amigos míos
que hace nueve mil años
luchaba tras las puertas de Troya.
Todavía recuerdo cuando aquel Mundo Amigo
recién nacido apenas veinte mil años ha...
en la gruta de moda inauguraba
la exposición de frescos de Altamira

Desde entonces
¡yo no escribo poemas!

Sentado en la materia cronológica
de la nube en que habito
olvidaba volar día tras día
y abandonaba delincuentemente
mi manera espontánea de soñar.

Y es que pasando el tiempo
procurando leña y alimentos
vuelan los pájaros
se arrugan los milenios
y los hombres se vuelven herramientas
abogados y todo como yo.

Quedábase dormido nubeando poeta dentro
inevitable mío,duraba su letargo demasiado

pero habéislo llamado
sacándole del sueño de hace veinte mil años.

Hoy que me siento bípedo de nuevo
y el alma se me sube a la cabeza
voy a volver a imaginar lo que nunca
se debe imaginar.
Voy a dejar que diga su palabra y arenga planetaria
este poeta inevitable mio,
este petardo lírico
que ha sido amordazado tantos años
por hombres herramienta como yo

***

Hoy ipsofactamente continuemos
nuestra simple faena de vivir.
Exijamos aumentos de guitarra
reparto equititivo de canciones
y tractores a plazos
porque la tierra es mas de quien la canta
que no de quien la compra.

Los nubepensadores no tienen sindicato.
Esperadme en la cueva del minero
y haced mío su cabreo profundo.

Tenemos que hacer juntos muchas cosas
soñadores del mundo
¿nos unimos?

EMILIO GASTÓN

Poema para Juan Carlos Mestre (Antón Castro)

Poema para Juan Carlos Mestre    (Antón Castro)

 

Hay hombres que huyen de la tierra y vuelven a ella
como si estuvieran condenados al eterno retorno.
Llevan en su memoria y en su piel el rastro de la nieve,
la voz de los antepasados, el lamento de los bosques,
el aullido de los lobos, el paso decisivo del vendaval.
Llevan en la sangre un rumor antiguo de lluvia,
el temblor de los vientos y el vuelo de todos los pájaros
que nunca quisieron estar cautivos en el horizonte.
Hay hombres que se empapan de música, que tienen
en la mano el código de las estaciones, la ebriedad
de las miradas de las madres de luto en el campo.
Hay hombres que crecen y nunca dejan de ser niños,
hay niños que nunca dejan de ser ancianos o crisálidas
de un sueño de cristales, de musgos y de escarchas.
Hoy me he encontrado con uno de ellos: es un poeta,
un viajero, el peregrino que entretiene la tarde
con su acordeón, el pintor de delirios que lleva
en su cartera de cuero el estrépito de la utopía
y la colección de estilográficas de Rafael Pérez Estrada.
El rapsoda de sí mismo y de todos los espectros.
El brujo de una tribu imprecisa de labradores,
de buhoneros, de comerciantes y de huidos.
Hablo de un alquimista de vocablos, de un pintor
de curvas y colores que adormecen el fuego.
Cuando estás ante él, cuando lo escuchas presientes
que ya no eres dueño de tu vida ni de tus pasos.
Abre la boca y parece decirte: “Sígueme.
Crucemos el territorio milagroso de la poesía”.

 

*Estuve ayer, merced a la cordialidad de Ignacio Escuín y Almudena Vidorreta, con Antonio Méndez Rubio y con Juan Carlos Mestre, a quien admiro mucho desde hace años. Por la noche, me senté al ordenador y me salió este poema de homenaje al poeta leonés que acaba de estar casi un mes en la UCI tras un infarto. Juan Carlos y yo no nos habíamos visto nunca, pero teníamos muchos amigos comunes y algunas afinidades: Gamoneda, Francisco Pino, Xoán Abeleira, Rafael Pérez Estrada, Alexandra Domínguez, Antonio Pereira, etc. Este es un pequeño poema basado en alguien que podría parecerse a él. 

Antón Castro   18-2-11

Humo (Ángel Petisme)

Humo     (Ángel Petisme)

Se nos notan las cicatrices
como a jarrones rotos
reconstruidos con pegamento.

Sí sólo vas a quedarte con recuerdos
en la Casa del Frío
al menos quédate con los buenos, cariño.

Se nota que amábamos el fuego.
Nos importaba un pito la flor
blanca de quien nos ama,
dimos vida a nuestras criaturas
pero creamos monstruos.

Sólo buscábamos
el fuego que alimenta la vida.
No al amor,
que jamás conocimos,
sino sus tatuajes y sus bocanadas.
Eras pólvora,
en humo nos convertimos.

 

Angel Petisme  

(El océano de las escrituras, El ángel caído, Las Palmas 2010)

El español ahora (Aarón García Peña)

El español ahora      (Aarón García Peña)


Vivo por una decisión política,
por una imprevisión de nueve meses,
y soy un español desde ese instante.
Ser español requiere un compromiso
que nadie ha descifrado hasta la fecha;
un español el tiempo suficiente
para saber que aquí lo más difícil
es no volverse loco hasta muy tarde.
Viviendo se conocen muchas cosas.
Algunas envejecen de repente
la forma de abrocharte la camisa.
Yo soy un español poquito a poco.
Después de trabajar durante años
logré que me tomaran por inútil.
No doy mi poesía en las tertulias
ni cedo la razón por convivencia.
Prefiero que la gente me interrumpa
leyendo endecasílabos ajenos
y no cruzarme nunca con un arma.
Uno las colas de los boquerones
las tardes que no sirvo para mucho,
y me llevo muy bien con los congéneres
que sueñan con mi muerte por contrato.
Aprendo cuanto puedo de mi abuela
ahora que la cuido de sí misma.
Entierro y desentierro diariamente
las ganas de cambiarme de trabajo,
los juegos que inventé cuando era niño,
el beso que olvidé sobre una rama.
Hoy sufro hasta que doy con la manera
de ser de otro país de vez en cuando.
Yo soy un español como los otros:
aspiro a ser vulgar muy pocos días
y sólo me conforta equivocarme
si llego a fin de mes como un extraño.
Yo soy un español por prescripción
facultativa. España es como es:
a veces un paraguas que no abre,
a veces un invierno en la maleta.
He visto que en España la chapuza
es, más que tradición, su propia historia.
He visto a casi todas las familias
llevar diariamente sangre al banco.
Y he visto avergonzarse a quien se esfuerza.
Respetado español de los de ahora,
pasión sobreseída: ponte en pie
y vuelve a convencerte de ti mismo.
Cambiaste la salud por democracia.
Cayeron una noche tus idiomas
al último cajón de la mesilla,
y apenas eres hoy un decimal
de un número tan largo como el odio.
Este país es toda una sorpresa:
con el sudor fatal de tu talento
te ganarás el hambre cualquier año.
Español, contagiosa incertidumbre,
mala hierba que crece en la península:
aprende a practicar tus convicciones,
aprende de la mar en el naufragio,
y a no ser español sino persona.

Aarón García Peña

A corazón abierto (Jorge Barco)

A corazón abierto     (Jorge Barco)

No penséis en la belleza del poeta
como un hecho constatado y lógico.

No os dejéis engañar por la palabra
colocada de forma tan perfecta
que transmite emoción y desenfrena.

No idealicéis al poeta, no lo merece.

Es un triste pecador que vive solo,
se emborracha y nunca reza.

Tras esos versos, de perfilada metáfora,
hay complejos de la infancia,
mala leche,
barrigas cerveceras y alopecia.

Sé que cuesta creerlo al conocerme,
pero no todos los poetas son tan guapos.

Jorge Barco     (Inédito)

El surrealismo no es el realismo del sur (Luis Eduardo Aute)

El surrealismo no es el realismo del sur   (Luis Eduardo Aute)

EL SURREALISMO NO ES EL REALISMO DEL SUR


El surrealismo,
de todos los ismos, es el único
inmune al paso del tiempo
porque en él no existe el tiempo
sino su paso por los sueños.

Luis Eduardo Aute