Almuerzo
Retiro los ojos de la pantalla. Miro lejos, la blancura de las montañas, el azul del cielo. Cuesta regresar, pero vuelvo en un par de minutos, para leer un poema de cualquier ángel amigo, de cualquier diablo bueno, y paladeo con yerbas cada verso: Este era mi almuerzo.
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