La semana del agua.
Esta ha sido la semana del agua. Hemos intentado reducir la ingesta de refrescos. De cualquier forma, siempre mejor un zumo o una horchata que tanta bebida burbujeante, aunque de vez en cuando esté bien, muy bien, un tinto de verano, que además siempre te ofrece la nunca despreciable coartada de pedirlo con Casera. Yo bebo mucho, deprisa, de todo, sólo hay una bebida que no soporto, el bitter, me desagrada y me revuelve el estómago. Lo de un antepasado mío era mucho peor: Cuando algún familiar, amigo o conocido le ofrecía agua, solía contestar: "¿Agua? ¡No, no me he asustado! Yo sí, la bebo, ya digo, en abundancia y ayer en compañía de mi hijo pequeño, ingerimos las dos superdosis que nos regaló la 2 de Televisión Española, sin más interrupciones que sus preguntas y comentarios: "¿Papá, a que está bien lo de la Expo?" "Al que la inventó le darían un buen premio ¿no?" "¿Papá, Eduardo Martínez de Pisón es el de los libros de tu estudio?" "¡Mira, mira, que sale otra vez Pedro Arrojo! ¡Cuando vayamos veremos todas las cosas de Odón de Buen y te podrás comprar los libros que te falten! ¡Igual los tienen donde el acuario, como a él le gustaban tanto los peces! ¿Estarán..? Le contesto con una absurda y autohiriente ironía (que el crío no merece ni percibe) que sí, que seguro que estará todo allí junto a lo de Joaquín Costa, en la tienda, al lado de los llaveritos, pins y piruletas de Fluvi, entre la música atronadora de la Década Prodigiosa. "¡Ah, si, los que no dejaban escuchar a Petisme!" "Oye papá, pero Odón de Buen no cantaba."
2 comentarios
Antonio -
Manuel -
¡Un abrazo!