Con el corazón sobresaltado.
Con el corazón sobresaltado todavía por la ruleta trágica del azar, caminamos hacia la noche pensando en ellas: Ayer a nuestro lado y nunca más. Nunca más sin más motivo, nunca más. Porque sí y ya está, todo vacío. Caminar convirtiendo un sinsentido en oración.
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