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Antonio Pérez Morte

Lunes, miercoles y Viernes (Antonio Huerta Orihuela)

Lunes, miercoles y Viernes  (Antonio Huerta Orihuela)

Para la mujer más valiente del mundo.

 

Empieza otra vez la rutina impar
del primer, tercer y quinto día de la semana.
Subo a mi Volkswagen Polo,
pongo las llaves en el contacto.
Arranco. Meto primera.
Acelero y salgo a buscarte.

Surco una avenida llena de imperfecciones
que nadi arregla, doce semáforos
que amenazan con su luz ámbar,
siete rotondas, fósiles de seres
metalizados que nadie logra adivinar
y una pila de caballos de colores
agrietados por el paso gris del tiempo.

Una vez cruzada toda  la ciudad,
y tras discutir con aquellos
que se interponían con su torpeza en mi camino,
llego al hospital que tantas veces nos ha visto,
subo a la primera planta y observo el mismo cartel,
Unidad de Hemodiálisis.
Llego a nuestro punto de encuentro.

Tras esperarte diez minutos
apareces al fondo del pasillo,
con la tensión por los suelos
y cansada después de favor
que te ha hecho la máquina,
filtrando cada gota de tu sangre.

Tardo poco, dices, y entras a cambiarte,
cuando sales una sonrisa escondida aflora,
me agarras del brazo y volvemos al coche.

Es viernes, quizás un milagro
rompa esta triste rutina,
sino fuera así ya sabes,
te espero en nuestro lugar de encuentro,
a la misma hora de siempre

Antonio Huerta Orihuela

(Dichosa tarde en escala de grises, La casa del pintor, Sevilla 2010)

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