EL MITO PERDIDO PARA SIEMPRE
"José Antonio Labordeta, tímido y tierno, tuvo que vencer su timidez para acercarse, todavía más, a sus gentes. Un día me dijo que estaba cansado de tanta mitificación hacia él y sus canciones: Se rebeló y con esa actitud consiguió que todos, no sólo los aragoneses sino también los españoles de cualquier signo, ganasen para siempre a uno de los suyos y perdiesen la posibilidad de crear un mito"
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