Moratinadas 2
Se lo sirvieron en bandeja: Le regalaron el protagonismo y la oportunidad de marcarse el tanto.
Quienes llevan años trabajando en la isla, en favor de los derechos humanos, no podían renunciar a dar un paso, por mínimo que fuese, para avanzar en el largo camino hacia la libertad de los disidentes cubanos; algo que de momento son sólo palabras, promesas: ¡Ahora cinco presos! ¡Otros cinco cuando Dios quiera!
Cinco presos no liberados sino extraditados de la patria, alejados de sus amigos y familias, cinco hombres que para seguir adelante, deberán dejarlo todo y partir de cero. Esa es la medalla que el gobierno castrista había pactado colgar sobre el cuello de nuestro Ministro de Exteriores.
Los Castro buscaban una salida airosa e intentan lavar el rostro de su gobierno con las manos del nuestro: Eso y no otra cosa es este pequeño gesto. Mientras, la iglesia, verdadera artífice del logro permanece todavía orando en la sombra.
0 comentarios