Filete de Ironía, con puntitas de envidieta en salsa ácida, bajo espuma de sarcasmo.
Las declaraciones vertidas, durante los últimos días, por el cocinero y escritor Santi Santamaría acerca de la cocina de vanguardia, han levantado un gran revuelo: En ellas abogaba por la necesidad de que los clientes conociesen, en todo momento, los ingredientes utilizados por los restauradores en cada una de sus "creaciones" o "recreaciones", ya que según su opinión, últimamente se está abusando de la química y debería ponerse freno, inmediatamente, a esta situación, que a su juicio supone un riesgo para la salud del consumidor.
Los restauradores europeos, especialmente los franceses, deben estar frotándose las manos ante esta absurda situación, mientras, Ferrán Adriá, Arzak, Martín Berasategui, Sergi Arola y otros grandes nombres de la gastronomía española han puesto, con toda razón, el grito en el cielo: No están dispuestos a desvelar los ingredientes secretos de sus recetas. ¿Quién conoce la fórmula de la Coca-Cola?
¿Cuántas veces se calienta el aceite en la tasca de la esquina, donde tomamos nuestro bocata de rabas? ¿Qué clase de aceites "vegetales" llevan las conservas y la bollería industrial que, de vez en cuando, consumimos? ¿Cuándo se amasó el pan precocido que compramos, con prisa, en los supermercados? ¿Qué especie de aves ingerimos en croquetas, sopas y salchichas? Eso sí que puede preocupar algo más a la clase media, eso y que algunos de los restaurantes copiotas y cutres que imitan a los buenos sólo consigan acercarse a ellos en el precio. Eso y la subida del pan, del pollo, de las patatas, de la fruta, de la hipoteca... Eso y poco más, porque pocos, casi nadie, nos perdemos por esos grandes restaurantes, que han alcanzado gran prestigio internacional y hasta los que viajan comensales de todo el mundo.
Nos preocupan más otras cosas que la inteligente promoción de un libro por parte de un autor, por ejemplo y sobre todo, nos interesa desvelar los ingredientes que el poder, político y mediático, utiliza para elaborar el menú cotidiano de la actualidad española, condimentada siempre a su gusto, porque ahí si que hay verdadera trampa, y porque ya llevan demasiado tiempo intentando intoxicarnos.
Antonio Pérez Morte
6 comentarios
Antonio -
Pilar -
Enfin que les den...
Un besazo muy grande y saludos a los tuyos.
Luisa -
Besote-
Amparo -
Hago yo, unos pimientos caramelizados sobre queso curado de cabra, que está para chuparse los dedos. Tienes que provarlos !!
Besicossss
Manuel -
En todo este debate, lo que a mí más me interesaría sería que mejorara sustancialmente la calidad de la fruta y cualquier tipo de hierbas que son vendidas en los supermercados. Por suerte, yo compro directamente a la huerta, pero me temo que la gran mayoría, no.
Un abrazo
entrenomadas -
No sé que decir sobre el cocinero. Soy vegetariana y estoy lejos de lo que unos y otros cocinan. Pero creo que algo de lo que apunta es cierto, también imagino que los celos tienen su lugar.
No sé, yo me voy con mis zanahorias a parlare un rato.
Ellas no se han enterado del lío. Siguen felices en su huerta.
Un beso,
M