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Antonio Pérez Morte

SOBRE EDUCACIÓN Y JUSTICIA (Antonio Pérez Morte)

SOBRE EDUCACIÓN Y JUSTICIA   (Antonio Pérez Morte)

Estas últimas noches he dormido poco. El jueves me acosté tarde, muy tarde, para madrugar el viernes y despertar a un buen amigo que, ese día, comenzaba las vacaciones.  Hablé con él, de la enseñanza, de lo duro que se ha puesto intentar ser un buen maestro, cuando tienes que bregar a diario con un puñado de niños problemáticos, marginados y con un claustro de profesores que si algún día tuvieron motivaciones vocacionales, el tiempo los ha ido transformando en meros funcionarios.

Hablo con Ángel, abiertamente, de la enseñanza, de la sinceridad, de la justicia y acabo, cómo no, recordando las palabras de la genial ensayista gallega Concepción Arenal: "Las defensas innecesarias se convierten en ataques injustos".

Concepción Arenal, a quien la mayor parte de nuestros hijos desconoce, sabía bien lo que decía: buena parte de sus obras nacieron fruto de vivencias personales intensas, así como de su enorme capacidad de análisis sobre el comportamiento humano. Luego, recuerdo al tristemente asesinado político socialdemócrata alemán Willy Brandt, que también nos dejó un interesante legado, que habría que retomar más a menudo en esta sociedad cada día más carente de valores. Una sociedad que tiende de forma prioritaria a rentabilizar económica y/o socialmente, el mínimo esfuerzo en tiempo record. Una sociedad que prima una mal entendida eficacia para tratar de mostrarnos una imagen distorsionada de la realidad, intentando hacernos ver que las cosas no son importantes por lo que realmente son, sino por lo que aparentan ser.  Brandt escribió que: "Permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen".   Años despúes murió convirtiéndose en protagonista de vieja y célebre cita de Lord Byron: "Los que mueren por una causa justa y noble, nunca quedan frustrados."

Pablo, mi hijo mayor ha pasado una semana mala.  Con sólo trece años es ya muy maduro y tiene un concepto claro y arraigado de la justicia. No necesita que nadie venga con monsergas demagógicas, a darle lecciones sobre el tema (se le pusieron más cuesta arriba las ecuaciones durante esta evaluación).  En todo caso, y como a cualquier otro adolescente, no le vendría mal sumar voces amigas, que le hablasen con la misma sinceridad, que para bien o para mal, siempre derrocha: voces que corroborasen y fortaleciesen sus convicciones, en lugar de hacerlas papilla con actitudes impropias de quienes, sin nigún tipo de pudor, se autodenominan educadores.

Antonio Pérez Morte

19 comentarios

eduardo -

Amigo Antonio, estoy muy de acuerdo contigo en casi todo. Pero Willy Brandt no murió asesinado, falleció en 1992 a los 79 años de edad. Quizás confundiste el dato con Olof Palme, político socialdemocrata sueco que sí murió asesinado en 1986, y cuyo crimen no ha sido resuelto aún, dando lugar a toda clase de hipótesis entre la que destaca la que defiende que lo mató la CIA.

Un saludo.

Antonio -

Me encanta tenerte, de nuevo, por aquí, y dándome envidia por tus vacaciones...
¡Besos!

Marta -

Estoy de viaje y paro poco. Me he tomado unas vacaciones Pmentales. pero hoy me quedado aquí leyendo este post y pensando en "Qué tienes mucha razón", la tienes.
Me quedo con en el post y en el post.

Besos, Antonio,

Marta

Antonio -

Mamen: La vida es, muchas veces, una cadena continua de injusticias, contra las que, también, hay que aprender a rebelarse, entre otras cosas porque quienes las utilizan en aras de una malentendida eficacia, nunca serán capaces de escuchar ni entender a un niño. ¡Abrazos!

Mamen -

Escribo a nivel general.
A los docentes se nos pueden escapar muchos detalles y hacer de una acción, algo injusto, pero te aseguro que es a la mayoría de los padres a los que se les escapan más detalles de sus hijos, que los arropan y protegen de tal manera, que lo único que hacen es dejarles más indefensos ante la vida, ante las futuras frustraciones...que las habrá.
Anima a tu hijo, como yo lo hago con mis dos adolescentes, a decir lo que piensa siempre con respeto al profesor, a los compañeros, a su familia, aunque sienta a veces que no le escuchan,que todo es una injusticia, pero siempre hay alguien que sí lo hace, como nos ha pasado a todos.
Y la vida seguirá.

Antonio -

Querido Jorge: Los padres no podemos delegar, exclusivamente, en los profesores la educación de nuestros hijos. Unos y otros debemos realizar una tarea común y en la misma dirección. ¡Lástima que tanto en casa como en los centros haya tanto desertor!
¡Abrazos grandes, Jorge!

Antonio -

Gracias por tu visita Amparo.
¡Un abrazo grande!

jorgebarco -

La polémica es grande. Yo creo que la culpa de lo que ocurre hoy en las escuelas es de los padres. Y entiendo que los profesores lleguen a un punto en el que pasen de su labor de educar que tan difícil se les pone. Pablo, tiene la suerte de tener en casa a alguien que le eduque bien.

Amparo Escribano Segura -

Hola Antonio, siento mucho lo que os está pasando, deberían cambiar muchas cosas. Crees que algún día...........Un fuerte abrazo queridos amigos.

Antonio -

Inma, José María, gracias, como siempre, por vuestra visita y vuestros comentarios llenos de lucidez.
¡Abrazos!

José María -

Amigo Antonio, como profesor con experiencia y como padre de un niño de la misma edad que el tuyo, comprendo totalmente el problema. Javier, mi hijo, también ha vivido situaciones parecidas. Como padre y educador ve que hay muchas lagunas y que nos falta mucho por aprender.

laMima -

Uf Antonio, dice bien Mariano Ibeas...¡mucha tela que cortar!.
Creo sinceramente que a todos se nos está escapando de las manos la EDUCACION con mayúsculas: padres buscando una imposible (al menos de momento) conciliacion de la vida familiar y laboral, profesores que acaban siendo meros funcionarios por vocación o por frustración, chavales que en algun lugar han entendido erróneamente que lo saben todo....que mal.
Sabes que yo estoy desmoralizada en este tema, no sé, pero de lo que cuentas me alarma aún más si cabe el pensar que chavales como tu hijo duden de la justicia.
Nunca deberíamos consentir algo así.
Esa duda es nuestro fracaso.
Un abrazo a los dos.

Antonio Pérez Morte -

Gracias a Ángel Guinda, a Daniel, a Luisa Miñana, a Manuel Martínez Forega, a Manuel Guerrero y a Mariano Ibeas... por vuestros comentarios y correos.

Aclararos a todos, que el hecho que dio lugar a la escritura de mi texto, fue un parte de incidencias con seis puntos, abierto a Pablo por una chiquillada (esconder una chaqueta) que cometió y asumió desde desde el primer momento otro compañero.
Pablo únicamente se encontraba en el lugar de los hechos (el vestuario) para beber agua y orinar.

Se da la circunstancia de que el dueño de la chaqueta, un chaval problemático,le amargó el curso pasado, sin que Pablo presentase ante el Centro, ninguna queja sobre su actitud: "él sólo se encargó de sacar las castañas del fuego".

Pablo es sincero, dice que no vio nada, pero poniéndonos en el peor de los casos, que hubiese sido testigo de esa acción: ¿Qué debía haber hecho mi hijo, actuar como "encubridor" ante los profesores o como "chivato" ante sus compañeros?

A comienzo de curso, Pablo habló seriamente con "el dueño de la chaqueta" y no había habido incidentes hasta este momento...

¡Lástima que los profesores, hayan sido los responsables de darle alas...!

Mariano Ibeas -

Huy,huy, huy, Antonio... si has puesto sobre la mesa tela para cortar ! Yo sólo quiero decirte que también tienes buenos amigos y eso es esencial, y un hijo, que, a pesar de los pesares también lo superará incluso a pesar de los profesores/maestros/ educadores, etc, etc. permite que me muestre escéptico, pero después de más de treinta años de enseñanza, me basta con aprender cada día un poco más que los alumnos y también tenglo clara conciencia de haberme dedicado a desbravar, domesticar, ilustrar,instruir, enseñar a cientos de alumnos y alguna vez también a educar... y no creo haber hecho nunca conscientemente daño a ninguno.
Un abrazo
Mariano Ibeas

Manuel -

Ayer me comentaba un amigo profesor que algunos de sus compañeros jóvenes (unos 30 años) estaban pensando desertar del oficio porque los alumnos les superaban, imposible educarles.

¡Un abrazo!

Manuel Martínez Forega -

Creo que tienes razón, Antonio; mucha razón. Con algo más de dilectismo en los profes y mucho más de senequismo en los padres, la enseñanza quizá iría algo mejor.Hoy los colegios y los II.EE.SS. (adelantando mis disculpas a los pacienzudos y sufridos docentes, a quienes tantísimas veces les resulta ímprobo su trabajo) se han convertido en generalizados pelotones de los torpes(aquel viejo reducto donde se escondían las vergüenzas de una incapacidad pedagógica adornada de malintencionada represión; ahora sus resultados casi parecen mejores, pero, por razones distintas, bien distintas, el asunto está vuelto del revés). Me apresuro a señalar las excepciones, claro, por si alguien había pensado que "no será para tanto". Lo que yo creo es que vivimos en una sociedad que lo ha fiado todo a la tecnología y se ha olvidado de educar el corazón. Deberíamos aprender con más énfasis y perseverancia la gramática de los sentidos, sus reglas, exigirlas, y no pasar hasta haber superado esa asignatura con nota. Si el impulso de la palanca sirve para comer (y no siempre), no sirve para vivir. Mientras no haya un empuje del espíritu aquella física será sólo fuerza bruta o mecanismo impulsado por un alfeñique. Ser humano sólo es posible con el impulso armónico de una y otro. Hay que despejar la incógnita de la ecuación, pero también es absolutamente necesario descifrar el significado de la metáfora.
Un abrazo, amigo.

M.MARTÍNEZ FOREGA

Luisa -

Sería tan largo hablar de todo ésto. No me extraña que apenas durmierais.
Pablo, creo que a la injusticia hay simplemente que ganarla sobreponiéndose, sacándole ventaja. Para volver a equilibrar las cosas.
Un beso.

Daniel -

Los errores de los educadores siempre son más graves que los de los alumnos. ¡Un abrazo!

Angel Guinda -

(Ya) amigo Pablo: Tu verdad será siempre tu fuerza y tu escudo frente a la injusticia. Sigue creciendo en verdad y pacifismo frente a toda injusticia y agresión. Angel Guinda.