Todo el mundo opina (Jorge Barco)
Llevo un tiempo obsesionado con el agua. Y no tiene nada que ver con la Expo de Zaragoza, a la que no creo que vaya ni tengo, así aquí y ahora, ninguna gana. Zaragoza es una ciudad que no me gusta especialmente. Estuve hace uno o dos años, y la encontré un poco cascada. Se salva que son de allí los Violadores del Verso y Manuel Vilas, o mi querido Antonio Pérez Morte. Si no fuera por ellos, creo que nunca hablaría de Zaragoza, ni siquiera por esos caramelos de a kilo o por la virgen. Y mucho menos por el agua, claro, que últimamente me tiene obsesionado, pero es por otra cosa. A lo mejor influye que ya no fumo, que hoy es el séptimo día sin probar el áspero sabor a nicotina, y ahora me doy cuenta de que era infinitamente más feliz cuando fumaba. Y he sustituido el tabaco por agua, litros y litros de agua, además de chocolatinas, palmeras, bollos de chocolate, caramelos y más agua. Es la ansiedad, que me puede, porque el agua ha sido para mí siempre más alimento para lavavajillas que para humanos, un pobre sustitutivo de la Coca-Cola cuando no tenía de ésta a mano. Insípida, incolora... todos los IN que queráis salvo indolora, porque un chorro a buena presión o a alta temperatura puede prepararnos una avería de cuidado. Y es cierto que estoy obsesionado con el agua, pero con el agua fría, y a ser posible en botella. Hace poco aquí en Jerez hubo una avería enorme, que dejo al 80% de la población sin agua. Esa mañana me levanté, me di una larga y reconfortante ducha, dejé el grifo abierto mientras iba a la cocina, y paseaba por la casa con el rumor del agua siendo tragada. Al llegar al trabajo era la pregunta: "¿Tenías agua?". Y yo: "Pues sí ¿por?". Es extraña la sensación de poseer algo tan sencillo y a la vez valioso, que todo el mundo valora y sin lo que no podrían vivir; es extraño no darle siquiera importancia, cuando los demás están sufriendo por su ausencia. Lo mejor el agua, dijo Píndaro, algo que descubrí a través de González Iglesias. Y en ese momento debo reconocer que no creí mucho ni al uno ni al otro. Pero la gente cambia, y fijaos qué cosas, que llevo un tiempo, sin saber muy bien por qué, obsesionado con el agua.
Jorge Barco (Jerez, 8 de Mayo de 2007)
7 comentarios
Antonio -
¡Abrazos!
jorgebarco -
Un abrazo
Fernando -
Antonio -
Fernando -
Antonio Pérez Morte -
A las ciudades además del paisaje "las hace" el paisanaje, y yo creo que has probado poco Zaragoza.
No pienso decir nada contra Salamanca, porque me encanta, pero vas a pagar caras tus palabras: Te voy a mandar un adoquin de a kilo (de los de anís), para que se te quite el mono del tabaco.
¡Abrazos fuertes, Jorgico!
jorgebarco -
Espero que nadie me acabe odiando por esto.
Un abrazo