ZP ESTAFA A ARAGÓN (Mariano Gistaín)
José Luis Rodríguez Zapatero, ZP, es un tío simpático. Un tío con suerte, y eso es lo mejor para un presidente de gobierno. Jacques Barzún explica en su libro Del amanecer a la decadencia cómo tienen que ser los presidentes ahora: el presidente común, incluso un poco atontolinado. ZP ha puesto a trabajar de verdad a su vicepresidenta, una mujer Expo, y él se dedica a saludar, que es la primera misión de un mandatario en esta época difusa. Hasta hace unos diez o quince años los presidentes envejecían rápido, enseguida les crecían las ojeras del poder. Ahora envejecen más deprisa los que dirigen las corporaciones, las bolsas, ese mundo que gobierna más que los presidentes de los gobiernos. ZP ya llegó con suerte a dirigir su partido: como imagen (si hay algo más) Bono era letal.
Luego ZP supo ser simpático en la oposición, supo ser descrispativo o emoliente. Mientras su antecesor Aznar, echaba broncas a sus súbditos y se metía en una invasión por motivos personales (casar bien a la hija: cualquiera hubiera hecho lo mismo). Aznar lo supo hacer y ahora está bien colocado: manda más que antes. Y ni siquiera tiene que enfadarse si no quiere. Dejó un caso de éxito inaúdito: autolimitar su mandato a dos legislaturas, lo que aún le honra. ZP lo tendría chupado. Aparte de las monsergas de ya saben: las monsergas son puro relleno, polución y marketing gratuito: todo vale con tal de no pagar los anuncios. El PP se equivoca y apuesta por la brusquedad. Se ve que es un artificio y evidencia poca confianza en sus posibilidades. Cuánto más normal, mejor. Claro que a ZP, en normalidad y distensión es difícil ganarle. Quizá son sus únicas armas, aparte de la paridad (que ya es una revolución). En fin, ya se apañarán. El caso es que ZP viene estafando a Aragón (unos cuatrocientos millones de euros, el estudio del AVE Teruel-Madrid, etc). No lo hace a mala idea, seguramente ni siquiera lo sabe. Es una inercia del Estado.
Una inercia del Estado hacia las autonomías pequeñas que no tienen grupo parlamentario propio, que no quieren independizarse, que no gozan de privilegios forales, que no tienen (por suerte) banda armada, etc. La verdad es que Aragón no tiene nada con qué negociar. Y lo poco que tienen, las autoridades locales lo regalan.
Mariano Gistaín ("La ciudad de las gaviotas", El Periodico de Aragón, 23 de Enero de 2007)
3 comentarios
Antonio -
Diría más, pero no me atrevo, porque tengo miedo a las represalias de Chesús Bernal, Mariano Gistaín y Labordeta...
¡Anda ya!
m ; ) -
Puertolas -