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Antonio Pérez Morte

De hijos, trufas y sanguinas. (Para Antón Castro)

De hijos, trufas y sanguinas.                                                                     (Para Antón Castro)

 

Pablo ha redescubierto el baloncesto, las trufas caseras, las naranjas sanguinas...        Juan,   que no sabe de melancolías,    desprecia el sabroso zumo rojo,  porque le gustan las otras naranjas-naranjas, de color naranja, que es su color preferido: No le gustan con manchas,   parece  que   estén puercas,   aunque   luego  vaya y estén buenas, que ya lo sabe, pero no...      

A Juan le gustan las trufas, que están más limpias, aunque le llenen el morro de polvo, porque el polvo es cacau y el cacau está bien, pero que bien bueno, y además te pone contento.   No se cansaría nunca de comer "achicote" que decía cuando era pequeño.  Ahora ya es mayor y tiene cuatro años y más días, también tiene una silla amarilla, a su medida,  para recorrer la casa, y sabe manejar casi todas las "areramientas" de bricolaje como "Christian" el de la tele.             

En el cole tiene dieciséis compañeras y cuatro amigos:  Los chicos son sus amigos y las chicas más guapas.  Las más guapas son Andrea y Otilia, aunque Otilia sea la seño, que también es chica, pero más grande y juega con ellos y les enseña algunas cosas que aún no se saben, pero que se tienen que saber ya muy pronto. 

María Luisa es la profesora de inglés y también la quiere mucho, por eso, cuando sólo le quedan dos bombones distintos, le da el gordo a Otilia que le cuida más rato y el pequeñito a María Luisa, que está menos tiempo y le gastan menos la paciencia... 

La paciencia también se la gasta a Pablo, que a veces tiene más, pero que se le va de golpe cuando se coloca ante la Play.                 

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