Amigos: BERTA Y ANTONIO.
Me siento ante mi PC para hablaros de mis amigos y empiezo a escribir así, a la brava, sin ningún motivo especial, dejando que la palabra fluya por sí misma, como fluía el lenguaje a aquellos viejos-jóvenes poetas de los cincuenta, defensores de la escritura automática. Todo un reto para estos tres últimos minutos que tengo antes de marcharme a casa. Llevo aquí, en la oficina, desde las nueve de la mañana y a las tres vuelvo.
Me siento ante el PC, como os decía, y lo primero que pienso es lo poco que tiene que ver, o sí, este PC de ahora (Personal Computer) con aquel otro PC lleno de luchadores históricos: ¡Aquél PC de mi amiga Berta, la incombustible!
A veces creo que mi PC también tiene su corazoncito, y hasta es posible, que algun sueño inconfesable, en el fondo secreto de mis archivos amarillos.
Sigo pensando en Berta y Antonio, con quienes mantuve el pasado día once, en su casa con columpio de Zuera, una "charradica" que prolongamos hasta la madrugada. Estos días pasados han estado en Salamanca, marcharon no sé si a recuperar el tiempo perdido o ganado entre tanta lucha: Querían ponerles las cosas claras, a esos gerifaltes mamarrachos de la cumbre, que viven tan altos que no tocan suelo.
Escribo, y recuerdo, poco a poco, alguna que otra frase, que mi amiga pronunció hace sólo unas noches: ¿Por qué no sales de ese medio, un tanto "minoritario" y "elitista" como Internet y publicas estos artículos "cojonudísimos" en los periódicos, para que los lea más gente, la gente de a pié? Pregunto yo: ¿Quién los publicaría? ¿Quién los leería?
Miremos el aspecto positivo de la red, este de ahora mismo: El de compartir, en tiempo casi real, pensamientos, cultura y sueños con amigos y desconocidos, con cualquiera que quiera sumarse a este espacio, bien utilizado, de libertad. ¡No me negaréis que es uno de los poquísimos aspectos positivos de esta globalización salvaje, que nos han impuesto!
¡Entrar aquí es casi una rebelión! ¡Un acto de sabotaje a un sistema inhumano, repleto de engranajes y engranajes! ¡Es como ir cumpliendo a pedacicos, los Cantos Colectivos de José Antonio Rey del Corral! ¡Un pequeño jirón de comunismo democrático!
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