Ya he salido...
Ya he salido del puzzle en que he convertido mi estudio con el paso del tiempo. Después de mover tanta pieza respiro mejor. He ordenado alfabeticamente mis pasiones y he metido recortes y recuerdos en el disco duro de mi PC. He trasladado algunos discos a la oficina porque con los instrumentales trabajo mejor, los demás siguen aquí, apiñados en estanterías como los libros, como mis manuscritos: ¡Cuánto amigo apretadico! ¡Cuánto verso por corregir!
Escribo mientras escucho a mi buen amigo, el cantautor ilicitano Roberto Segovia. Roberto y Nuria vinieron a visitarnos hace unos días, para descubrir al benjamín de la familia en su salsa: Un Juan mucho menos tímido, más desvergonzado. Pablo, por el contrario, más serio, se comportó como una persona mayor, formando parte de nuestra variada tertulia. Hablamos de literatura, de música, de pintura, de naturaleza, de vida en definitiva, hasta cerca de las seis. Entre canapés y ensaladas, picoteos, lasaña, txacolí, tarta de manzana y pacharán con palabras, nos costó levantar la velada.
¡Guardamos canciones, recetas, experiencias, para la próxima vez!
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