Agustín García Calvo
Sé que me perdonas, cuando hablo en voz baja contigo, aunque sepa que ya no estás. Sé que me perdonas, porque no eres rencoroso y porque si lo hago todavía, lo hago desde esa existencia absurda, que tú como otros incrédulos del mundo ayudaste a dignificar.
No puedo decir a estas horas, nada nuevo, nada que no nos hayamos dicho hace ya tiempo y ni siquiera quiero alargarme en elogios desmedidos como los de quienes hoy van a ponerte por las nubes por luchar denodadamente contra la dictadura, cuando ellos son responsables directos de haberte sacado -no hace tanto- por la puerta trasera de un medio de comunicación público: Ya ves, quienes te negaron la voz en democracia, te ensalzan hoy sin el más mínimo pudor, por eso, quizá sea mejor este recuerdo contenido, para evitar que la admiración y el afecto más sincero vuelva, una vez más, a mezclarse con la puesta en escena histriónica de tanto sinvergüenza oportunista. Además, si continúo, no podré contenerme la emoción y acabaré llorando como una vieja plañidera.
No puedo decir a estas horas, nada nuevo, nada que no nos hayamos dicho hace ya tiempo y ni siquiera quiero alargarme en elogios desmedidos como los de quienes hoy van a ponerte por las nubes por luchar denodadamente contra la dictadura, cuando ellos son responsables directos de haberte sacado -no hace tanto- por la puerta trasera de un medio de comunicación público: Ya ves, quienes te negaron la voz en democracia, te ensalzan hoy sin el más mínimo pudor, por eso, quizá sea mejor este recuerdo contenido, para evitar que la admiración y el afecto más sincero vuelva, una vez más, a mezclarse con la puesta en escena histriónica de tanto sinvergüenza oportunista. Además, si continúo, no podré contenerme la emoción y acabaré llorando como una vieja plañidera.
¿Sabes qué? Que mejor voy a dejarlo y hago un himno, un himno de aquellos que como a ti, a Rubianes o a nuestro inolvidable Labordeta, nos arranque de tanto tedio acumulado y se convierta en altavoz contra tanta, tantísima miseria.
Antonio Pérez Morte
"Tantas cosas me han ido saliendo, a las márgenes de la poesía literaria, de la gramática escolar, de la ciencia o filosofía, por debajo de mi persona... Contra el imperio del Futuro, contra la muerte... No sé qué podrán seguir haciendo esas cosas entre la gente viva: si al menos siguen encontrando a algunos que descubran en ellas lo común, lo que ellos, sin creérselo, sentían y pensaban..."
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