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Antonio Pérez Morte

Ayer puse la tele...

Ayer puse la tele...

Ayer, después de mucho tiempo, puse la tele un rato. Ví a la ex-presentadora del telediario saltarse el guión y a Felipe, su marido, saludar con la mano izquierda a los miembros de la mesa electoral.

Juan Carlos I, con su eterno aire de chico grande y bonachón, sonreía a la ciudadanía. Ví a la Reina Sofía, impregnar su sobrecito, con saliva real, desparpajo y naturalidad. Por un momento, ante tanta normalidad, creí podía ganar el NO, pero no, no fue así: Casi nadie debió leer la Constitución Europea.

Los más cautos, antes de jugársela a los chinos, decidieron, con acierto, quedarse en casa. El Gobierno volvía a tener PRISA como antes, y los votantes poca ilusión y perspicacia, poca fe, nada de tiempo.

Yo había leido el "libro azul" muy despacio, con detenimiento, pero no me gustó nada. Ahora, por fin, con mi tarea acabada, ya puedo empezar la nueva novela de Nacho Martínez de Pisón y hacerle los deberes a la doctora Sánchez Avendaño. Mientras, recordaré la imagen de la reina, paseando su dulce lengua griega, por la solapita blanca, engomada y amarga, de una decisión apresurada.

Antonio PÉREZ MORTE

5 comentarios

El juez -

¡Te declaro inocente!

Agustín -

Y yo en la cama, perdiendome semejante acontecimiento.

Amaya -

Una visión personal y "real" a un tiempo, katxondo.

Koldo -

¡Cómo te vas, tío!

Chorche -

Que capacidad, la tuya para hacer de una anéctota un texto lleno de lógica y poesía. ¡Salud!