Fumadora de opio (Ángel Petisme)
Eras dulce y terrible a la vez
aquellos días
como un amor que no se elige,
cuando me hacías callar con un beso.
No preguntes, sólo abrázame.
Subamos por el río prohibido,
fúndeme en tu negrura
de profundo silencio.
Calles oscuras, amapolas de sangre.
Caricias, papel de plata,
qué breve lentitud la del amor,
humo y misterio de la piel.
Ángel Petisme
(El Océano de las Escrituras, El Ángel caído, Las Palmas 2010)
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