Aquí sólo baila Layla!
De vuelta del Centro de Salud, con la tensión arterial todavía por las nubes y la nariz sangrante, camino deprisa hacia el final del día. Juan y su guitarra me esperan a la puerta del Conservatorio. Llueve, truena, y el viento vapulea las ropas que tendimos al sol. Ana, también llega a casa cansada, agotada por el segundo día de celebración gripal, de nuestro decimonoveno aniversario. Pablo estuadia Sociales en su bunker mientras escucha a Metallica. El pequeño tiene que leer bastante y hacer un resumen, repasar las tablas, tocar "la gallina" y ya es muy tarde: Sólo le apetece ver bailar a su tortuguita Layla. Es tarde, demasiado tarde para llamar a mis primos, a mis hermanos, a mi madre, a mis tías: andan todos, también bastante "bajos" y llenos de achaques. Esta noche hablaré con Eduardo Boix y Antonio Huerta, y haré como cada noche mis ejercicios de relajación y respiración, antes de acostarme. Le daré un vistazo al catálogo de la exposición de Fernando Malo, que inaugura el próximo día 12 en el Torreón Fortea, pero ese es otro tema del que os hablaré con más detalle y más despacio.
2 comentarios
Antonio -
¡Un abrazo!
Manu -