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Antonio Pérez Morte

Para huir de la muerte

Para huir de la muerte

Para huir de la muerte
nos amaremos todo, enteros.
Para huir de la muerte
nos amaremos
sin horario y sin ley, sencillamente
para huir de la muerte.

Para huir de la muerte
diré que tus ojos son palomas de Picasso,
y que bajo tu piel de leche ávida y firme
viven en hermandad veinte poemas de amor.

Para huir de la muerte
tú me darás las fresas mejores de tu huerto,
yo te daré mi vino más peleón, más duro, más añejo,
para huir de la muerte.

Para huir de la muerte,
pienso resucitar el conjuro dormido de tus pechos
pienso ahondar tus raíces, bucear hasta el centro
para huir de la muerte.

Para huir de la muerte
diré que es estupendo sentirte tan cercana.
Y que ni en ti ni en mí, ni en nosotros ni en ellos,
hay sumergida una ciudad donde luchan
la muerte y el amor, el amor y la muerte,
la muerte y el amor, el amor y la muerte...

Pablo Guerrero, 1972.

2 comentarios

Antonio -

Sin duda alguna.
¡Un abrazo J.!

J. -

Para huir de la muerte agarrarse a la vida.