EN EL ESPEJO DE UN TIEMPO
Tuve un día el ojo abierto a la esperanza,
pegatinas del Che y canciones de Jara.
Mi rutina: Soñar transplantándome alas
que volaran del verso más allá de palabras.
Gané un amor, hoy perdido en la distancia,
que llevaba ilusión por paredes y casas
y habitaba mis labios al terminar la jornada.
Sólo sé que la quise cuando no había nada,
sino aquella ilusión de forjar un mañana,
de estrecharla en mis brazos y sentir que la amaba
frente al espejo de un tiempo, que nos hace la rata.
Antonio Pérez Morte
(Brotes, Zaragoza 1985, Colección Poemas nº54)
2 comentarios
Antonio -
¡Un abrazo!
Fernando -