Blogia
Antonio Pérez Morte

ESTADIO CHILE

ESTADIO CHILE

Somos cinco mil aquí
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Somos aquí diez mil manos
que siembran y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpéndose la cabeza contra el muro,`
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es un acto de heroísmo.
¿Es éste el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para eso tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número que no progresa.
Que lentamente querrá más la muerte.
Pero de pronto me golpea la consciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona lleno de dulzura.
¿Y Méjico, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del compañero Presidente golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, que mal me sales.
Cuando tengo que cantar, espanto.
Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos momentos del infinito
en que el silencio y el grito son las metas de este canto.
Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento
hará brotar el momento...

Víctor Jara (Santiago de Chile, Septiembre de 1973)

4 comentarios

Fernando -

Demasiado duro para recordar...

Jaime -

Víctor Jara eterno.
Le recordaremos siempre.
Gracias por regalarnos su último poema.
Un abrazo, Antonio!

Antonio -

Querida Magda: En estos días, mejor seguir recordando a las víctimas que al verdugo.
¡Un beso!

Magda -

Victor Jara... Sin palabras, es mejor guardar silencio.

Que conmovedoras palabras, querido Antonio. Sobrecogen.