noviembre, 15 (Un poema de Vicente Gallego)
Con esta mano
me fatigo al amarte desde lejos.
Tendido bajo el viejo ventanal,
espero a que el sudor se quede frío,
contemplo el laberinto de mis brazos.
Soy dueño de un rectángulo de cielo
que nunca alcanzaré.
Pero debemos ser más objetivos,
olvidar los afanes, los engaños,
el inútil deseo de unos versos
que atestigüen la vida. Celebrar
el silencio de un cuerpo satisfecho,
esa altura sin dios a la que llega
nuestra carne mortal. Saber así
la plenitud que algunos perseguimos:
un hombre, bajo el cielo, ve sus manos.
(Vicente Gallego, Del poemario La luz, de otra manera / Madrid, Visor, 1988)
1 comentario
ángel -
Un gusto estar aquí, entre valiosa informaciòn y estupendos poemas.
Saludos...