Blogia
Antonio Pérez Morte

Cuesta

Cuesta

Cuesta asimilar la injusticia del mundo, cuando se lleva tanto tiempo en la brecha,
cuando has repartido utopías por cada esquina, desde la lejana adolescencia. Cuesta. Cuesta, porque te sublevaste hasta el límite en encarnados poemas, porque hiciste las pintadas más bellas con nocturnidad y alevosía.

Cuesta, cuando has estrechado la mano de Ibañez y Cazcarra, de Alberti y de Dolores, de Camacho y Aranguren, de Anguita... Cuesta.

Cuesta abrir el periódico y marcar distancias, pensar que son otros tiempos (¡y de qué modo lo son!). Cuesta engañarse. No somatizar tanto dolor y que la ansiedad no te pueda.

Cuesta. Cuesta resignarse, porque sabes que los derechos básicos se vulneran en los cuatro puntos cardinales del planeta.

Sigues pensando lo mismo, o por lo menos crees que lo piensas, mientras, escuchas a Víctor Jara, aquel cantautor chileno eternamente joven, al que asesinaron los pinochetistas un dieciséis de septiembre de hace treinta y dos años. Cuesta.

1 comentario

Raquel -

Y por encima de ideologías y creencias lo que más cuesta es mantener la coherencia.
¡Enhorabuena por intentarlo!