Juan ha descubierto que debe estar quieto, sentado sobre el suelo de la terraza, para que "las pajaricas" se acerquen y, sin detener el vuelo, le rocen su pelo rubio y rizado, como un angelote de Rubens. Ha logrado aceptarlas como son: negras y blancas. Nuestro pequeñajo va creciendo deprisa y poco a poco descubre nuevas palabras, nos sorprende con expresiones divertidas y mil y una conjeturas sobre los temas más inverosímiles. A veces su capacidad de análisis y su aplastante lógica nos deja boquiabiertos, otras sucede todo lo contrario: Hace unos días andaba preocupadísimo porque un vendedor ambulante amenazaba, desde la megafonía de su camión, con
"traer directamente hasta la puerta de casa un cargamento de rico melón manchego" Me dijo tremendamente asustado:
No los dejes papi ¿Por dónde saldremos?
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Sandra -
Cide -