Violencias
Los días pasan llenándose de muertos inocentes: En la mar, en el andamio o la carretera.
En casa, en el trabajo, en el instituto o el colegio, la violencia es el plato frío de otro verano, que llegó antes de la cuenta: Nos hemos acostumbrado a ella como al tinto de verano, como al vasico con hielo de La Casera.
Se respira crispación sin argumentos en la radio, en la tele, en la prensa; por eso me cobijo, cada vez más, en mi familia y mis amigos, en mis libros y discos, en la mirada siempre atenta de mis hijos, y a menudo ejerzo de censor con el mando a distancia de "la caja tonta": Intento evitarles a los críos, esos espectáculos degradantes y bochornosos, que desde las televisiones privadas y públicas nos brindan.
¡Y pensar que ante tanta porquería y tanta mierda, todavía queda quien se escandaliza por una marcha ciclonudista! ¡Eso si que es una auténtica vergüenza!
En casa, en el trabajo, en el instituto o el colegio, la violencia es el plato frío de otro verano, que llegó antes de la cuenta: Nos hemos acostumbrado a ella como al tinto de verano, como al vasico con hielo de La Casera.
Se respira crispación sin argumentos en la radio, en la tele, en la prensa; por eso me cobijo, cada vez más, en mi familia y mis amigos, en mis libros y discos, en la mirada siempre atenta de mis hijos, y a menudo ejerzo de censor con el mando a distancia de "la caja tonta": Intento evitarles a los críos, esos espectáculos degradantes y bochornosos, que desde las televisiones privadas y públicas nos brindan.
¡Y pensar que ante tanta porquería y tanta mierda, todavía queda quien se escandaliza por una marcha ciclonudista! ¡Eso si que es una auténtica vergüenza!
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