El poeta autista
Dan ganas de encerrarse, de recogerse, todavía más, en uno mismo, de volverse tortuga con reúma, de cubrirse con un caparazón que nos proteja. Dan ganas de callar para no repetirte, para no mentir ni engañarte sobre el pasado, el presente o el futuro. ¡Dan ganas, a veces, de coger la goma de borrar y acabar con todo, pero no...!
Te sientas ante el teclado como un naúfrago y las palabras fluyen como un torrente incontenible, que quizá sólo tú leerás. Cuando ya no puedes más, te detienes para poner en tu equipo de música un nuevo CD de Luis Eduardo: Desde mil novecientos setenta y cuatro, cuando los discos tenían dos caras como casi todo el mundo, me contagié como mi hermana Maribel, y me volví niño autista. Le hemos oído cantar muchas veces, en directo: Recuerdo una velada imborrable en el Parque Samá de Cambrils y otras muchas en el Rincón de Goya o El Principal.
Aute es un tipo campechano, cercano, que canta lo que piensas; por eso no te hace falta hablar mientras lo escuchas. De vez en cuando nos escribimos, pero poco, dos o tres veces al año y sabemos de nosotros por los amigos comunes. ¡Siempre está donde debe estar! Ahora acaba de revisar toda su obra en dos nuevos álbumes dobles que no tienen desperdicio. Las canciones recogidas en ellos ya tuvieron un gran éxito en su momento: ¿Que necesidad tenía de arriesgar? Ninguna. Insisto, ninguna; sin embargo, como siempre, la apuesta ha merecido la pena. No digo nada más, empieza a sonar una de mis primeras piezas preferidas:
"Acaso una mirada me bastara,
mirarte y encontrar una palabra,
nada.
Tu nada con la mía entre las cosas,
decirse dos silencios infinitos,
juntar las bocas,
abrir los grifos,
que inunden nuestros hijos las alcobas.
Acaso una mirada me bastara...
Que el tiempo no dependa de las horas,
que sólo nos apuren los latidos,
quemar las ropas,
sudar tomillo,
desnudos comulgar con la escayola.
Acaso una mirada me bastara...
Perderse en una fiebre sin memoria
que nadie nos rescate del instinto,
romper parodias,
hacerse añicos,
residuos de una absurda ceremonia.
Acaso una mirada me bastara..."
2 comentarios
Caracol -
Sara -