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Antonio Pérez Morte

Gaviotas...

Gaviotas...

El tiempo está loco, loco, loco. Durante las primeras horas de la noche del jueves sufrimos la primera tormenta anticipada de un verano que todavía tardará en llegar. Sobre las doce y media de la noche, bandadas de gaviotas despavoridas volaban sobre los tejados del barrio de Santiago, de la capital del Serrablo. Anoche, al salir de la tertulia en Thelenius, el aire helado azotó nuestros rostros con fuerza. Hoy, sin embargo, hemos visto cruzar la nieve, horizontalmente, por delante de nuestras heladas ventanas; como si los copos fuesen bólidos que circulasen por autopistas invisibles. ¡Una imagen extrañísima que Juan contemplaba con sus ojos azules, sorprendidos, inmensos!

El tiempo está loco, aseveran los viejos: Hace falta que llueva pero ya.

Ya os lo decía al comienzo, este tiempo está loco, imagino que de tratar con nosotros. Está loco el tiempo, como tú y como yo, como esos medios de comunicación, que (dicen) llevan cientos de horas hablándonos del Papa, para pasar ahora, sin tregua, a la boda del Principe Carlos con Camila...

A mí me da igual, hace mucho tiempo que no miró a la caja estúpida: me da asco y pena. Sólo quiero que llueva, que llueva y que esas gaviotas asustadas, cansadas de volar, regresen al mar.

2 comentarios

Jaime -

Vuelve a colgar en esta página la fecha de vuestra próxima tertulia. Me gustaría mucho acudir (de "escuchante" claro).

Samuel -

¿Gaviotas en Sabiñanigo?
Antonio, confiesa ¿Qué es lo que tomáis en esa tetería?
¿No serán otras yerbas?
(Es broma. Sigue cuidándote así, la poesía te salva)