Odón de Buen
Seré breve: Odón de Buen está a punto de nacer tras esta página y no quiero demorarte en la jugosa lectura de tan hermosa biografía. Tienes todavía por delante una vida intensa por descubrir y sé que vas a disfrutar con ella. A disfrutar y quizá también a sufrir, porque de todo hubo en la existencia de nuestro eminente científico, del padre de la oceanografía y sabio de Zuera.
Desde aquel 18 de Noviembre de 1863, en el que abrió por primera vez sus ojos a la luz, Mariano y Petra, sus padres, intuyeron que algo grande habitaba en la mirada profunda de aquella criatura. El tiempo no tardó en darles la razón y aquél niño, con cara de listo, al que impusieron el nombre sonoro y rotundo de Odón (un nombre como de adulto), comenzó a crecer muy deprisa y hacia adentro, hasta que un día el nombre dejó de irle grande, porque, casi sin darse cuenta, se había convertido en un gran hombre, en una persona magnífica.
Fue un estudiante muy aplicado, que obtuvo muchísimas becas, y que tuvo que aprender a combinar su asistencia a las aulas con su tarea como profesor de matemáticas para poder ayudar económicamente a su familia.
Se licenció en Historia Natural y realizó un fructíferro primer viaje a bordo de la fragata Blanca, que despertó en él su pasión por la mar. Una obra que impregnó toda su obra científica, docente, periodística y política, pues en todos estos ámbitos se distinguió la entrañable y humanísima figura de este zufariense universal.
José Luis Cano, quizá influido por Odón, ha trazado la sorprendente "carta de navegación" de nuestro inolvidable oceanógrafo, retratándolo con la misma maestría con la que, desde hace algún tiempo, ha venido descubriéndonos las semblanzas y rostros de otros insignes aragoneses.
Cano deja constancia en este libro de una trayectoria vital, marcada por la coherencia, el patriotismo, la vocación de servicio, la búsqueda de la verdad y el amor, porque de todos estos ingredientes se sirvió Odón de Buen para revolucionar el triste campo de la docencia y avanzar en sus propuestas políticas y científicas y en su constante búsqueda de un mundo más racional y justo.
Odón de Buen, republicano, garibaldino, librepensador, ateo y darvinista, fue perseguido con saña por algunos reaccionarios detractores de su ideología, pero no consiguieron jamás que renunciase a ella, ni tampoco a su constante labor de intelectual comprometido.
En estos oscuros tiempos en los que los más altos valores están de baja y se rehuye y critica, fuertemente, el compromiso, recuperar la biografía y legado de un hombre de la talla de Odón de Buen, reconforta, emociona y anima.
Sólo un intelectual comprometido como José Luis Cano podía ser capaz de rescatar con tanta lucidez, la lucidez extrema de este gran intelectual.
Cano, que cada día nos envía un guiño cómplice desde su pequeño rinconcito de la prensa diaria, ha querido bucear también, entre un mare mágnum de documentos y cuartillas, para construir este relato fascinante y lleno de magia que hoy nos regala: toda una vida.
(Presentación de Antonio Pérez Morte para el libro "Odón de Buen, el republicano de los mares", de José Luis Cano, Editorial Xordica, 2003)
5 comentarios
Nazario -
Pocos aragoneses como el han llegado tan lejos.
Julia -
Un besico, Antonio!
Luisa -
Aragón es así!
Julia -
el libro.
Saludos!
Luis -