Blogia
Antonio Pérez Morte

Amigos (Para Jesús)

Amigos                                                                   (Para Jesús)

 

Decía mi hijo Pablo de pequeño, que los amigos son muy importantes,  incluso,  algunas veces más que la familia,  porque a la familia no tenemos el privilegio de  elegirla y sin embargo a los amigos sí.   La amistad ha sido para él, desde muy niño, algo muy serio.  Siempre ha tenido los amigos justos, no demasiados, pero buenos.   Supo entender sus fallos y carencias, porque desde pequeño ha sido consciente y crítico con los suyos. Tiene un amigo de la infancia, al que el azar y las aficiones han separado sólo fisicamente, porque a pesar de la distancia siempre ha seguido siendo su amigo.   Se ven poco, muy poco, pero se preocupa por él.  Son distintos,  muy distintos, cada vez más, casi opuestos,  sin embargo siempre se respetaron, siempre se quisieron y jamás supieron acabar el día y acostarse sin limar la más mínima aspereza. Unas veces Pablo, otras Luis,  se llamaron por teléfono para hacer de viva voz las paces y poder irse a la cama, tranquilos, relajados.   

Este año en que, desgraciadamente, mi agenda de bolsillo vuelve a llenarse de tachones y citas médicas, pienso en ellos,  en Pablo y Luis.   Pienso en mis amigos, en cada uno de ellos:  En Francisco Palacio, compañero inseparable de la adolescencia, confidente, alma gemela; en Pedro Arrojo y su conciencia lúcida, abriéndome los ojos a otra realidad distinta; mis Ángeles  (Guinda y Petisme) que escriben palabras desnudas a pecho descubierto; en Ángel Arrieta, experto en la hostelería y los afectos;  Antonio Cuenca y Seve, dos hermanos caídos del cielo, dos rebeldes heridos por el cierzo;  en José Antonio Labordeta que lucha contra la injusticia y contra el cáncer escribiendo versos y canciones, y  que guarda bajo unos rasgos tristes y duros, la ternura frágil de los niños eternos.  

Vuelve,  Domingo Esteban, que un día, por sorpresa, se nos fue para servir de alimento a la tierra que tanto amó y que poco a poco fue llenando de árboles y recuerdos: pienso en Juana y en sus hijos;  en Fernando y Esther que llegaron a mi vida en el momento en que más falta me hacían;  en Santiago Arranz y Trini, siempre de gira cultural, cargando emociones, libros y belleza, en sus corazones y maletas; en Antón Castro con quien no consigo cuadrar la cita eterna; en Eduardo, que aparece y desaparece como el Guadiana entre la monotonía desesperante de tantos días iguales; en Nuria Estaún y Roberto Segovia que comparten conmigo musica,  poesía y cariñicos;  en Arturo Hortas: bliblable, confidencias mojadas en café; pienso en Gabriel siempre inquieto, siempre lejos, aunque lo sienta y lo presienta maduro y muy cercano; en Paco Martínez y Ana María Drack que traen en sus voces la caricia del mar. 

Pienso en los amigos y  brotan de golpe,  sin orden ni concierto, uno a uno sus nombres, porque cada uno tiene su espacio, su hueco:  Octavio, Maribel,  Javier,  José Ramón, Óscar, Ada, Amador,  Berta,  Rosa Mari, Jacobo,  Eva, Gloria, Néstor, María, María Ángel, Montse, José Luís, Laury, Manolo, Chon, Pedro, Angelines, Silvia, Pablo, Rosa, Raquel, Rose, Soledad, Víctor, Amelia,  Amparo,  Miguel, José Manuel, Alfredo, Andrés, Paco, Pascual,  Olaya,  Juan Carlos,  Felipe, Joan,  Marta, Carmen,  Jorge,  Eduardo, Manuel, Miguel, Jesús, Sergio,  Adolfo,  Inma, Mari,  Yolanda, Carles Miquél, Raquel, Ángeles, Miki,  María José, Otilia, Carla, Carolina, Natalia, Nacho, Nieves, Esther, Julián, Octavio, Luisa, Diego,  Felipe, Agustín, Enrique, Eloy, Begoña, Francisco, José Mari, Federico, Daniel, Iván,  Juan,  Justo, Lola, Raúl, José Ángel, Alberto...   Alberto Sancho, ahora pluriempleado, pero que un  día tuvo todo el tiempo del mundo para compartir inolvidables charlas y vinilos extraordinarios, en su cuarto abuhardillado.

Pienso en mis amigos primeros, en Fernando Berdún y Juan Carlos Escalona, en Carmelo Zubieta, Ángel Sancho, Joaquín Colás, David Barceló...   y otro más, perdido para siempre y del que sólo he conservado su nombre y apellidos, porque el rostro se ha borrado:  Jesús Anguita Nieves.   Pienso en Guillermo Gúdel, uno de mis  amigos mayores, que publicó  hace ya más de treinta años unos  artículos que hablaban de un joven poeta empeñado en zafarse del silencio.  Pienso en Luciano Gracia Bailo (Lucianico) que me dio alguna clase de poesía y muchas más de vida;  en Emilio (Gastón Sanz), que se bajó del tren a tiempo, para seguir su trayecto en solitario y poder seguir soñando con panes,  estrellas y utopías tiernas...    Pienso en Fernando Malo, que construyó con barro bondad y talento una vida sólida, en cimiento y  conocimiento; en José Luis Lasala y Angelines que siempre estuvieron ahí, a la otra orilla del Gállego y ahora los siento lejos, río abajo, rodeados de hijas y nietos.   

Pienso en la herida abierta de Antonio Romé y en la  herencia viva de sus hijos, de su lucha y de su ejemplo;  pienso en José Antonio Rey del Corral y escucho su voz clamando justicia, hilvanando proyectos;  en Rafa Marijuán, que convivió conmigo un año que fue media vida,  y que ahora vive rodeado de mujeres, encerrado en un extraño taller dedicado al viejo y hermoso oficio de construir clavicémbalos.  Pienso en Manu Guerrero y nuestras afinidades compartidas;  en Paco Martín de Borja, que me contó la vida en una noche y la perdió en un minuto;  en Pilar García de la Orden, que fue hasta hace unos meses toda alegría, descaro e ingenio;  en Julio que le puso luz a la tristeza y al Four Rosses mucho hielo;  en Mikel Herzog que en noches interminables de rumiar en voz alta sus proyectos, soñaba con llegar, y llegó tan lejos que ya no le vemos. En Eduardo que se bebió conmigo las noches más tristes y alguna botella de Dyc. 

Pienso en Leopoldo (Polo) siempre vivo  y le releo llorando; en  Manolo, mi primo-amigo,  mi amigo-primico; en Sergio que se quedó dormido y ya no ha despertado; en Jorge Barco que me acompaña de farra virtual por las noches de Salamanca, sin salir de casa; en Ricardo que ahora, por fin,  está muy contento con un disco que le dará energía suficiente para salir de sí mismo y chuparse todos los kilómetros; en Antonio Huerta que siempre está sin que se le vea y que acaba de regalarme un pedacico de amistad en un poema. Pienso en Paco Grasa: En la voz dulce y  tranquila que cruza mi teléfono y se adhiere a las páginas; en Carlos Castán  y el frío que apaga cuando tiende su mano. Pienso en esa extraordinaria mujer solidaria que se llama Carmen Serna y que estos días, casi sin fuerzas, sigue luchando 
en silencio por salir adelante. Pienso en Jesús, sigo pensando en él, siempre apasionado, debatiéndose innecesariamente entre el amor y el odio: Le veo trabajando en silencio, estudiando, haciendo las interminables faenas de la casa, poniendo cuidadosamente todos los ingredientes para digerir mejor cada jornada y evitar molestias digestivas.  Pienso en él y le veo paseando despacito, meditabundo,  por el casco viejo, tranquilo de Cuenca: Una ciudad a la que ama todavía más que yo y por la que le veo perderse -ojalá que no para siempre-, irremediablemente en la distancia.

                                

Antonio Pérez Morte   (Sabiñánigo, de Mayo de 2009)

17 comentarios

LICER LANUZA GANCEDO -

QUE RAZON TIENES AL CALIFICAR DE HERIDA ABIERTA EL RECUERDO DE ANONIO ROME.FUE PARTE DE LA VIDA DE MUCHA GENTE KE SIEMPRE LO RECORDAREMOS CON TODO NUESTRO CARIÑO.

Antonio -

Es una percepción que tengo, nada más. Nadie es imprescindible, pero todos somos ireemplazables...
Abrazote, Mamen!

Mamen -

¡No entiendo porque dices que ves perderse a Jesús, quizá para siempre, en la distancia! Ninguno de tus amigos podemos permitirnos el lujo de perderte, sencillamente, porque no eres reemplazable! ¡Un abrazote!

Antonio -

A mi me gusta tenerte en mi lista: Tanto como estar en la tuya. ¡Un gran abrazo!

Manu -

Me halaga sentirme dentro de esa larga lista de amigos y de compartir contigo algunas afinidades. Todo esto viene a decirnos que Antonio, un trocito de él, está repartido por el mundo. Casi sin forma...

Un abrazo

Manuel

Antonio -

Un abrazo para Enrique, Fernando, Eduardo, Javier, Inma, Luis, Pilar, Adolfo, Manuel y Jesús, que no pudo colgar ningún mensaje...

Antonio -

Perdona Manuel, no recibí la notificación del comentario por parte de Blogia. Ayer fue un día muy liado y tuve que
desconectar el móvil para poder trabajar. ¡Te llamo en cualquier momento! ¡Un abrazo!

Manuel -

Antonio: Te he llamado varias veces y no me contestas! Espero que todo vaya bien!

Adolfo González -

Muy cerca de ahí se encuentra mi casa. Y lo curioso es que muchas veces yo también me encuentro dentro. Ese amigo tuyo, si de verdad existe, seguro que lo conozco de vista.

Pilar Esteban -

Toño, mil gracias por trasmitir tus hondas emociones, que me llenan de emotividad y ternura.
Siempre te llevo en mi mente y en mi corazón.
Un profundo saludo.
Pilar.

Luis -

¿Por qué para siempre? ¿Los amigos nunca se pierden? Cualquier día volverás a Cuenca para tomar unos vinitos con tu amigo!
¡Un abrazo grande, Antonio!

laMima -

¿Te das cuenta de la cantidad de gente que has normbrado?...¡es magnífica!
Enhorabuena por haber conseguido tantos y tan diferentes afectos. Dice mucho de tí.
Un abrazo.

Antonio -

El Orden, la forma de nombrarlos, la extensión...
todo eso, es lo de menos. Surgió así: No se trataba de hacer un listado nominal sino de transmitir emociones...

PDT: No están todos los que son, pero sí son todos los que están...

Javier López Clemente -

¿Qué diferencia hay entre recordar sólo el nombre, el nombre y el primer apellido, el nombre y los dos apellidos, incluso el apodo?

Diferentes registro que...¿significan algo?

Salu2 Córneos.

Eduardo Boix -

Joder me has emocionado cabrón. Hacia tiempo que nada me emocionaba tanto. Gracias hermano.

PD: Y tranquilo que la suerte nunca llamará a mi puerta

Fernando -

Gracias Antonio por la amistad, que como dice Pablo, escogemos.
Espero repetir pronto unos raticos por la ribera del Gállego.
Un fuerte abrazo.

Enrique -

Gracias Antonio, por la parte que me toca.

Posiblemente perderte por esas calles por las que ahora anda Jesús, te diese el sosiego y las palabras necesarias para seguir adelante. Mucha fuerza y muchos besis!