Blogia
Antonio Pérez Morte

Un texto de Felipe Benítez Reyes

Un texto de Felipe Benítez Reyes


El color que es más que un color: una
resonancia del color mismo, su reverberación
en la mirada.

Las figuras detenidas que parecen anhelar
una existencia azarosa, como la de todos.

El taller, con su olor espeso a tareas alquímicas,
con sus colores volátiles y violentos,
flotantes como venenos cromáticos.

La mano que traza un contorno como si
calcase la silueta de un espectro fugitivo.

Los ojos que ven lo que aún no existe.

El vaso de los pinceles con sus manchas
de cientos de pecados originales.

El boceto abandonado: una rúbrica en el
vacío, un borrón optimista en la supeficie
de la nada.

El lienzo blanco, perfecto como un limbo.
El paisaje eterno, la figura eterna, la
abstracción eterna que late en lo concreto.

La arboleda que son cuatro trazos y es
una arboleda.

El mar inmenso que cabe en unos centímetros
de mar fingido.

La silueta líquida de un sueño.

El río en que uno puede bañarse miles
de veces y sigue siendo el mismo río, por
más que fluya.

Los celajes que transmiten la cólera de
un dios.

Y estos poemas escritos en la caverna
prodigiosa de las sombras.

 

Felipe Benítez Reyes
(Diez Vernissages, Aedo, Celya, Salamanca 2005) 

 

2 comentarios

Antonio -

¡Un buen poeta y un librito muy mimado!

A, -

Un gran poema para los amantes de la poesía y la pintura.