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Antonio Pérez Morte

Pachorra (Un artículo de Mariano Gistaín)

Pachorra  (Un artículo de Mariano Gistaín)

Cuando uno se cansa de que le traten como a un estúpido amnésico, como a un idiota, como a un número, pierde la esperanza en los políticos, en los medios de comunicación, en casi todo lo público. Es ese el momento en que uno vuelve a sentirse un adolescente incomprendido con irremediables ganas de llorar. Cuando estás a punto de hacerlo, vuelves la página del diario y un nuevo artículo de Mariano Gistaín te salva. Siempre dice lo que tú callas. Sus textos son el hombro de un amigo. (A. PÉREZ MORTE)

PACHORRA

Que pongan ya unas estufas en la estación de Delicias. Que hagan algo. Que tanto no cuesta. Por ejemplo, que vayan los bomberos con unas estufas y unas mantas. Si estuviéramos en USA alguien habría puesto una demanda por pillar un resfriado. Se trata de aplicar a los ciudadanos los mismos criterios que se aplican a sí mismas las autoridades y sus familias. No, no se trata de colocar a todos los ciudadnos en la administración y sus múltiples empresas derivadas, que para eso no llega la burra. No se puede nombrar asesores a todos los del censo. Se trata, en este caso, de poner una estufa o dos. ¿No hay alguna vieja estufa olvidada en las dependencias de la delegación del gobierno, en algún falsón del ayuntamiento o en los dédalos del Pignatelli? Un bidón de alquitrán en llamas, como en las estampas de vagabundos. El caso es que las administraciones no funcionan rápido y bien. Funcionan lento y mal. Hay otros ejemplos, quizá demasiados, pero el de hacer pasar frío a viajeros y acompañantes es el límite ideal. Esa pachorra con que las autoridades diversas y supercalefactadas se pasan la pelota de unas a otras, la pelota helada, viene a reflejar y a condensar esta situación de abandono. Nadie sabe nada, pero nada funciona. El hilo candente no caldea: a fastidiarse la población, los clientes y allegados. Las autoridades, en cuanto pasan las elecciones, tienden a creer que ya lo han hecho todo, y si no piensan eso lo disimulan muy bien. ¿Cómo va a salir bien la Expo si no somos capaces de hacer funcionar una calefacción? ¿Y la Romareda? Es como los buses urbanos de TUZSA, que ahora han estrenado unos cuantos más, y bienvenidos sean. Ayer, domingo, que no había demasiado estrés circulatorio (más bien no había ni coches) en dos líneas diferentes, al mediodía, la conducción era tan brusca que parecía que los chóferes no habían cobrado el mes de diciembre. En cada parada, en cada semáforo, zas, un frenazo en seco, totalmente innecesario, un lujo hidráulico. De acuerdo que a la empresa le importe un rábano los viajeros, pero es que esta conducción hostil debe encarecer mucho el mantenimiento de los propios vehículos. Esto se viene diciendo en vano desde hace tiempo. Hay quien piensa que el ayuntamiento pretende dar doble servicio con los buses urbanos: transporte y aventura, o en el mejor de los casos, gimnasio.

(Publicado por Mariano Gistaín en la sección "La ciudad de las gaviotas" del Periódico de Aragon / 17 de Enero de 2005)

2 comentarios

Raquel -

Enhorabuena a Mariano por su artículo y a Antonio por su página.

Carmen -

Excelente artículo de Mariano Gistaín y buena introducción de Antonio.
Os sigo a los dos.
Salud y suerte!
S