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Antonio Pérez Morte

¡Pero que majos que son los Reyes Majos!

¡Pero que majos que son  los Reyes Majos!

Les pedí juguetes y ropa para mis hijos, un pañuelo de cuello para Ana, unas mantas abrigosas para mi madre, libros y colonia para mis tías, y un montón de cosas para mis numerosos y guapísimos sobrinos; y aunque tuvimos que esperarles pasando frío en Independencia, luego no se portaron nada mal. Me trajeron más de lo que había pedido: una camisa, un jersey, un juego de tazas para mis infusiones, un disco de Gabriel Sopeña y Loquillo (Mujeres en pie de guerra), el nuevo poemario de Leopoldo Alas (El triunfo del vacío), y hasta un reencuentro con Trini Raso y Santiago Arranz.

La verdad es que hace tiempo que dejé de pedirles imposibles a los Magos de Oriente: ¡Que se lleven de una vez esta ansiedad que volvió a golpearme el miércoles en Grancasa! ¡Que me devuelvan los seres queridos que siempre nos arrebata el año anterior! ¡Y paz, mucha paz!

Bueno, y si puediese pedir algo más: Quizá la tercera república, para mi amigo Victor Pardo, tampoco estaría nada, pero que nada mal. Mientras llega, seguiré cantando a mi hijo Juan, aquella canción que popularizara hace unos años Puturrú de Fuá: "...pero que majos que son, los reyes majos, qué majos, qué majos, qué majos que son..."

2 comentarios

Jorge -

Veo que los Reyes Majos nos han dejado cinco nuevos enlaces solidarios. Gracias Antonio!

Jaime -

Yo creo que debes seguir pidiéndoles lo imposible!